Un cuñado de Hassan II pide personalmente a la India que no reconozca a la RASD
Ahmed Osmán, cuñado del rey Hassan II y presidente del Parlamento, y de la Reunión Nacional de los Independientes (RAI), viajó el fin de semana pasado a Nueva Delhi para intentar contrarrestar la ofensiva diplomática argelina destinada a conseguir que el Gobierno de Rajiv Gandhi reconozca a la República Arabe Saharaui Democrática (RASD). Después de que Yugoslavia reconociera a la RASD el 28 de noviembre, el hecho de que pueda hacer lo mismo la India, segundo país en peso y prestigio en el Movimiento de los No Alineados, es contemplado con aprensión por Rabat, que teme un efecto multiplicador.
RabatAunque Marruecos presentó el reciente viaje del rey Hassan II al Sáhara como el carpetazo definitivo a los intentos secretos de encontrar un compromiso con Argelia, la insistencia de la oposición marroquí en que el Gobierno lance una campaña internacional diplomática y se dote de una diplomacia "más militante" parecen confirmar la preocupación por el abandono del frente diplomático.Después de sus últimas entrevistas secretas con los argelinos, el rey Hassan II confirmó en conferencia de Prensa que Marruecos rechaza toda fórmula de solución del conflicto que no sea el referéndum de autodeterminación, "confirmativo de la marroquidad del territorio y de la fidelidad de sus habitantes al trono alauí".
Lo cierto es que Argelia y Marruecos, por obtener un mezquino y efímero éxito político, desperdiciaron en los últimos dos años la posibilidad de romper el círculo de tiza caucasiano de sus respectivos orgullos, que impiden encontrar un compromiso. Después del encuentro de Uxda del 26 de febrero de 1983 entre el rey Hassan II y el presidente Chadli Benyedid, a instancias de los argelinos, los ministros marroquíes del Interior, Driss Basri, y Asuntos Exteriores, M'Hamed Bucetta, aceptaron entrevistarse en secreto en Argel con el Frente Polisario. Los argelinos no pudieron resistir la tentación de divulgar ese encuentro, y los marroquíes se vieron obligados a justificarlo internamente diciendo que pretendían solamente "convencer a los descarriados del Polisario para que regresen a la madre patria".
Algo cambió en Argel
A principios de 1985 algo cambió en la actitud argelina, y Argel hizo saber a Marruecos que deseaba conversaciones secretas con vistas a buscar un entendimiento sobre el conflicto del Sáhara. Por primera vez en 10 años, Argelia parecía apartarse de su postura tradicional y ofrecía algo diferente de la independencia pura y simple.Los marroquíes tampoco resistieron a la tentación de divulgar unos contactos que colocarían a Argelia en situación dificil ante el Polisario y la RASD, y ante los países africanos, entre los cuales tanto trabajó Argelia por lograr el reconocimiento de la RASD y su admisión en la OUA. Esta propuesta, que los marroquíes han explicado como una autonomía avanzada para el Sáhara occidental, y los argelinos como una proposición de constituir un Estado independiente, pero unido a Marruecos mediante una unión personal de su jefe con el rey Hassan II, como la actual unión Gaddafi-Hassan II, ha obligado al jefe de la diplomacia argelina a efectuar una gira explicativa por varios países aliados de África.
A pesar de que la mayor parte de los observadores coinciden en que todos los caminos del diálogo están bloqueados -algunos creen que el conflicto sólo podrá solucionarse mediante una guerra entre Argelia y Marruecos-, Argel y Rabat parecen dispuestos a hacer concesiones importantes, aunque destinadas por ahora tan sólo al consumo interno y a facilitar la posibilidad de decir a sus aliados y amigos, principalmente Estados Unidos, Francia y España, que si el conflicto del Sáhara aún no encontró solución, se debe a la intransigencia del otro.
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