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Las prostitutas italianas consiguen importantes aliados en su lucha por alcanzar el reconocimiento social

Juan Arias

El segundo congreso nacional de las prostitutas italianas, celebrado este año en el teatro del Ayuntamiento de Treviso, población a una veintena de kilómetros al norte de Venecia, ha contado con la participación activa de toda una serie de importantes personajes del país, mezclados con las gusanos de luz (como se autodefinen las prostitutas organizadas).

RomaEstuvieron presentes desde la escritora Dacia Maraini al ex ministro socialista Aldo Aniasi, que fue alcalde de Milán, al sociólogo Domenico de Masi y al mismísimo Giovanni Franzoni, ex abad de la basílica de San Pablo, fundador de la comunidad cristiana de base San Paolo en Roma y militante hoy del PCI. Y, por supuesto, representantes de todas las fuerzas políticas del Parlamento, además de directores de cine y psiquiatras famosos. Uno de estos últimos, Ángelo Righetti, llegó a plantear que los seguros sociales paguen prostitutas a minusválidos "que pidan sus prestaciones", para asegurar a ese colectivo "el derecho a una vida sexual".El ex abad Franzoni recordó el texto evangélico en el que Cristo llegó a decir a los fariseos que las prostitutas les precederían en el reino de los cielos, y hablé de la relación humana que debe existir siempre entre hombre y mujer y que por tanto no debe faltar tampoco entre "la prostituta y su cliente". En este segundo congreso nacional se ha hecho un pequeño análisis de las conquistas llevadas a cabo por aquel puñado de prostitutas batalladoras que hace tres años salieron a la superficie en un primer encuentro público en Pordenone, localidad cercana a Treviso, que cuajó al año siguiente en el primer congreso nacional.

En primer lugar, existen ya tres proyectos de ley enviados al Parlamento para reformar la vieja ley Merlin, que obligó en Italia al cierre de los prostíbulos. Los proyectos de reforma han sido enviados por el Partido Comunista de Italia, el Partido Socialista y otro del grupo Democracia Proletaria. La senadora Ersilia Salvato, alma del proyecto de ley comunista, ha afirmado que "hasta el presente las prostitutas no habían sido consideradas en este país como ciudadanas con todos los derechos" y señaló que es necesario "hacer las cuentas con este fenómeno y ensanchar los márgenes de libertad".

También en este congreso, los gusanos de luz han denunciado todas las injusticias y humillaciones sufridas, 9legándono9,a tratar", dijeron, "como terroristas".

El grupo de las prostitutas organizadas es activísimo en este momento: promueven conferencias, visitan las librerías, se reúnen con miembros progresistas de la Iglesia católica y luchan para "cambiar la mentalidad machista", y hasta han fundado un periódico que se llama Lucciola (gusano de luz) y que saldrá a la calle cadados meses. Tiene 40 páginas, y cuenta con colaboradores de lujo: desde Alberto Moravia a Rosanna Rossanda y Dario Bellezza.

Acciones

Y cuando no son escuchadas por las buenas, las lucciole pasan a la acción. En Pordenone, por ejemplo, ocuparon el diario Il Gazzenino porque se había negado a publicar una esquela mortuoria de un travestido.En defensa de su causa, las prostitutas han conseguido un aliado importante: la diputada Elena Marinucci, responsable femenina del Partido Socialista de Italia, que ha preparado el proyecto de ley de reforma de la ley Merlín en nombre de su partido.

En una entrevista publicada ayer por el semanal Panorama, Marinucci afirma que las nuevas propuestas de reforma de la vieja ley Merlin "es uno de los casos en los que una iniciativa política nace gracias a un empujón de la sociedad civil". En este caso, gracias al tesón de las prostitutas organizadas de Pordenone.

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