El castillo de Disneylandia, última víctima de las llamas falleras

Una reproducción a pequeña escala del castillo de Disneylandia, en cartón-piedra, tuvo el honor de ser la última falla condenada a arder en la madrugada de hoy, en el mismo centro de la plaza del País Valenciano. Ministros, toreros, supergobernadores civiles, cupletistas, representantes diplomáticos de ambos bloques, artistas, bomberos y carteristas compartirían hasta el fin la cremá con varios cientos de miles de ciudadanos, -dado que este año la expectación ha sido máxima-, falleros y no falleros, agotados y satisfechos tras casi una semana de actividad incesante.

ValenciaLas 718 fallas instaladas en la ciudad, contando las infantiles, han sido visitadas este año por el mayor contingente de público que se recuerda en Valencia. Sólo el domingo más de 500.000 personas entraron en Valencia por carretera, según la Jefatura de Tráfico. Conducir por el centro de la ciudad, y especialmente aparcar, ha sido durante estas fiestas una tarea heroica que un buen número de ciudadanos ha intentado sin demasiado éxito entre las continuas aglomeraciones de peatones.La ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados, realizada en dos etapas, el domingo y el lunes, por las comisiones de las distintas fallas de la provincia, las mascletás de la plaza del País Valenciano y la quema de las fallas de anoche han sido los actos más concurridos de las fiestas, cuyo gasto total, según informaba la Junta Central Fallera a este periódico, ha sido de 402.604.000 pesetas. La falla de la plaza del Pilar ha obtenido los galardones más importantes, el primer premio de la sección especial y el ninot indultat (el muñeco salvado del fuego por su especial calidad), al igual que en otros años.

Los ministros José Barrionuevo (Interior), vestido el lunes con la típica brusa, y Tomás de la Quadra (Administración Territorial), así como el embajador soviético en España, Yuri Dubinin, y el primer secretario de la Embajada de Estados Unidos, Hal Ponder, han sido algunos de los invitados de honor a esta edición de las fallas, junto con una larga lista de personalidades políticas y del espectáculo que han podido contemplar los actos más importantes desde el Ayuntamiento en compañía de las autoridades valencianas.

Las bandas musicales, en su mayoría procedentes de pueblos cercanos a la capital, y los fuegos de artificio, a pesar de la condena papal que pesa sobre ellos, han sido ingredientes fundamentales de la fiesta. Casi un centenar de personas; han resultado heridas de diversa consideración -alguna de ellas gravemente a consecuencia de la explosión de cohetes y petardos descontrolados durante el fin de semana.