Max Aub en televisión,la memoria recuperada

Cuando se vio en el teatro María Guerrero el acto de homenaje a Max Aub con el título de uno de sus libros, La gallina ciega, se lamentó que no pudiera tener continuidad: se la da la televisión. Y no podía tener continuidad escénica porque las grandes figuras de la interpretación teatral que se reunían para aquella representación -imaginada por José Monleón, con dirección escénica de José Carlos Plaza; en TVE el realizador es Juan Caño- no pueden coincidir en un escenario más que una sola vez en la vida. Fue un acto que deja recuerdo, pero el recuerdo se disuelve, y los que alcanzaron a estar presentes, muy pocos.Max Aub fue un español crítico e imaginativo, que mantuvo su honestidad y su rigor intelectual en una sola pieza. No tuvo suerte en el teatro, al que se acercó muchas veces, como les pasó siempre a los intelectuales de las generaciones republicanas -con la excepción de García Lorca-; su inventiva floreció en unos libros que fue creando en el exilio, en los que el documento y la memoria de lo vivido se mezclaban sin fisuras y sin artificios a la calidad de lo novelesco y a los personajes creados.

En un imaginario discurso de ingreso a la Real Academia Española imaginaba que la guerra no había existido nunca y que él era director del teatro Español de Madrid: en ese escrito emitió sus ideas acerca de un teatro posible y un proyecto completo para una regeneración escénica. Duele pensar que habría estado dentro de lo posible de no haber sucedido la tremenda dispersión de la guerra.

El espectáculo ideado por Monleón, que tuvo una interpretación excelente, recoge algunos de sus textos, algunos de sus diálogos: es una teatralización mínima, pero perfectamente adecuada a la naturaleza de Max Aub, a quien tan profundamente conoció su paisano -Aub era un valenciano con origen alemán judío- José Monleón. Los actores dicen estos textos con verdadera riqueza expresiva: no tendría ninguna razón lógica destacar a cualquiera de ellos sobre los demás, porque partían todos de una excelencia y de un amor al texto. Éste es un caso claro del valor de la televisión para la conservación en la memoria y para la expansión de lo que sólo podía ser un momento único.

La gallina ciega se emite hoy porTVE-2 a las 22.30.