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España busca en la feria de Leipzig el despegue de sus negocios con Alemania del Este

El despegue del comercio entre España y la República Democrática Alemana (RDA) ha sido reforzado por una mayor concurrencia hispana a la feria de Leipzig, celebrada durante la semana que terminó ayer. Cerca de medio millón de personas han visitado este principal certamen comercial del Este, entre ellas, miles de empresarios interesados en los productos de las 9.000 firmas expositoras, procedentes de un centenar de países.

Leipzig (RDA)En Leipzig, segunda ciudad de la RDA, las ferias tienen una tradición de 818 años. Los comunistas la han remozado y la miman dos veces al año (en otoño y en primavera), para exponer el alto desarrollo industrial de Alemania Oriental y no quedar fuera de juego frente a los certámenes occidentales de Francfort y Hannover.Por ello, asistir a Leipzig se ha convertido en un tributo para negociar con esta parte del telón de acero, tan difícil de penetrar como luego agradecida para quienes lo logran, según empresarios occidentales.

Los altos funcionarios de los ministerios y los combinados sectoriales de empresas que atienden a los visitantes, distinguidos por una insignia del partido en la solapa de sus chaquetas, mantienen que más del 50% del comercio anual de la RDA es contratado durante la feria. Por lo menos, en Leipzig se formalizan los negocios. Durante los siete días, la radio y la Prensa del certamen airean las grandes cifras, la mayoría en rublos, pues la URSS absorbe una tercera parte del comercio de la RDA, y el conjunto de los países socialistas, hasta dos tercios. Tales contratos aseguran el grueso de la producción industrial exportable a partir de 1986, cuando entrará en vigor el próximo plan quinquenal.

Si en la anterior feria de otoño España compareció por primera vez con pabellón oficial, ahora casi ha triplicado su presencia. Junto al INI, al Instituto Nacional de Fomento de las Exportaciones y a empresas ya tradicionales en Leipzig (varias de alimentación y químicas, así como la agrupación de bienes de equipo, Sercobe), esta semana han abierto un stand las principales empresas ligadas al Banco Central, como Dragados y Construcciones, Unión Naval de Levante, Cepsa, Unión Fenosa, Macosa y Makiber. El presidente del banco, Alfonso Escámez, estaba precisamente en Berlín Este cuando caía asesinado en Madrid, hace un mes, su segundo de a bordo, Alfredo Tejero Magro.

Impulsar los intercambios

Los aumentos relativos de presencia en esta feria, cuya organización recuerda la antigua Feria del Campo en Madrid, se fundamentan también en los ínfimos niveles de partida, aunque no están ajenos a las dificultades y peores expectativas surgidas en el comercio Este-Oeste. España ocupa un lejano puesto número 15 entre los clientes occidentales de la RDA; está incluso por debajo de varios países africanos. No obstante, los 142 millones de dólares de intercambios en 1984 son considerados por la RDA el primer fruto importante de los recientes acuerdos bilaterales (convenio comercial de 1979 y acuerdo de cooperación de noviembre de 1983) y una base para el despegue hacia mayores volúmenes.En este contexto, la última feria ha sido parca en contratos conocidos: apenas 1.000 millones de pesetas en máquinas herramientas para la industria vasca a través de Weinex, de Cepeda, SA, y un acuerdo para el suministro experimental a Unión Fenosa de lignito (principal materia prima de la RDA y cuya transformación y extracción ha sido tema prioritario en la feria).

Pero, afianzadas en los últimos años las relaciones con varias empresas públicas, el creciente interés del sector privado a nivel de expositores y visitantes -entre ellos, una delegación de la patronal CEOE, encabezada por Fernando Jimeno, presidente del comité empresarial España-RDA- ha sido valorado aquí con muestras de satisfacción y esperanza.

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