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Probable establecimiento de una base española en la Antártida

España puede contar en el plazo de un año con una base permanente en el Antártico, según Antonio Ballester, jefe del departamento de oceanografía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que, junto a otros científicos españoles, ha pasado los dos últimos meses realizando una investigación en las bases argentinas situadas en el llamado cuerno de la Antártida, junto al mar de Weddell.España cuenta con la tecnología necesaria, explica Ballester, para montar esta base, pero los técnicos no tienen la experiencia necesaria para manejarla, por lo que en una primera etapa sería necesaria la colaboración de otros países, como Argentina. "No hay que olvidar que lo realmente difícil no es instalarse en el continente blanco, sino permanecer en él, dadas las dificultades de abastecimiento tanto de víveres como de combustible que tienen las bases". En una estación de este tipo viven normalmente 40 personas, que permanecen aisladas durante una invernada - 13 meses- hasta que se produce la renovación del personal

"El interés primordial de nuestra presencia allí", dice Antonio, Ballester, "se centra en la productividad marina, por eso la base no deberá estar situada en el interior, sino en el litoral. El lugar idóneo sería en la bahía Margarita, situada en la península Antártica".

En estos dos meses, una expedición conjunta de españoles y argentinos ha visitado las bases de Esperanza, Marambio, General Belgrano, Gurruchaga, General San Martín, Jubany y Almirante Brown, estudiando precisamente la influencia de las masas de agua ajenas a la Antártida, pero que llegan hasta ella, y la alta productividad marina por las posibilidades que se ofrecen para la explotación de los recursos biológicos.

"Es la primera acción española de este tipo", dice Antonio Ballester, "porque si queremos explotar el sistema y conservarlo, antes necesitamos conocerlo". En los resultados preliminares se ha constatado que gran parte de la fertilidad de los océanos depende del aporte de silicio que procede de los glaciares antárticos y la existencia de factores no determinados que condicionan la productividad.

En una de las bases argentinas se ha dejado un radiómetro para completar el estudio sobre el impacto de las radiaciones ambientales en virus y bacterias. En esa zona del mundo se desconoce la existencia de gripes y resfriados, por lo que se piensa que algún tipo de radiaciones mata los virus.

Para instalar la base, España deberá hacerse miembro del Comité Científico para la Investigación del Antártico (SCAR), ya que todas las bases tienen la obligación de mostrar periódicamente sus instalaciones a miembros del SCAR para comprobar que en ellas no se almacena armamento.

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