Hussein y Mubarak subrayan la "convergencia" de sus planes de paz para Oriente Próximo
ENVIADO ESPECIALLos jefes de Estado de Egipto y Jordania, Hosni Mubarak y el rey Hussein, respectivamente, se reunieron ayer para subrayar solemnemente la "convergencia" de sus planes de paz para Oriente Próximo en vísperas de la visita del presidente egipcio a EE UU, superpotencia a la que espera convencer para que reanude la iniciativa diplomática en la región. En una conferencia de prensa conjunta celebrada en la localidad de Hurgada, al borde del mar Rojo, tras cuatro horas de diálogo, el monarca jordano dio públicamente su visto bueno a la primera etapa del plan de Mubarak, consistente en promover un diálogo entre la Administración norteamericana y una delegación común jordano-palestina.
"El diálogo puede ser vital", reconoció el rey jordano, aunque insistió en que "la mayor contribución a la paz es el acuerdo" que firmó el 11 de febrero en Ammán con Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), porque "por primera vez los dos protagonistas árabes más implicados en esta tragedia dicen al mundo: estamos aquí dispuestos a buscar una solución".Ambos jefes de Estado recalcaron la trascedencia de sus propuestas. Mientras Hussein, aún moreno tras sus recientes vacaciones en los Alpes austriacos, hacía hincapié en que existía ahora "una lucecita de esperanza que constituye la última oportunidad", su homólogo egipcio recalcaba que "desde 1948, los árabes no han conseguido nada" y añadía que el "rechazo por el rechazo sin proponer alternativas es uno de los grandes peligros que nos, amenazan". La alusión a la actitud al régimen sirio no podía ser más directa.
Primera etapa
El diálogo entre la Administración de Ronald Reagan y la representación jordano-palestina que el rey aceptó ayer es. sólo una primera etapa destinada a despejar al camino hacia la paz a partir de la cual las propuestas de Hussein y Mubarak divergen sobre el momento en que una conferencia internacional auspiciada por la ONU debe convertirse en el foro principal de la negociación.Si el presidente egipcio sigue inclinándose, como lo hace el presidente norteamericano, por la celebración de conversaciones directas entre árabes e israelíes, su interlocutor prefiere, por ahora, el marco de una conferencia patrocinada por la Organización de las Naciones Unidas pero ambos coinciden a la hora de reafirmar que los miembros palestinos de la delegación común deben ser designados por la OLP.
"La OLP está en todas partes y tiene consigo a la mayoría", señala Mubarak, en tanto que Hussein prosigue su razonamiento y reitera que "sólo hay una OLP reconocida y debe quedar claro de una vez para siempre que Jordania no tiene la intención de sustituirla nunca".
Cuarenta y ocho horas antes de que el presidente del más importante país árabe emprenda su viaje a las tres principales capitales del mundo occidental -París, Washington y Londres por orden cronológico de su visita-, los dos artífices más destacados, junto con Arafat, de las iniciativas diplomáticas árabes tendentes a fomentar una negociación, convocaron a la Prensa internacional a 600 kilómetros al sureste del Cairo para intentar, a través de ella, convencer a sus futuros interlocutores norteamericanos de que tomen otra vez las ríendas del incipiente proceso de paz.
"¿Qué garantías le darán a Ronald Reagan, escaldado por sus anteriores fracasos en la región, de que sus proyectos son algo más que humo y persuadirle de que merece la pena actuar en la dirección por ustedes deseada?", preguntó a los conferenciantes un periodista norteamericano. "Dejemos las garantías para mis conversaciones privadas con Reagan", contestó con cautela Hosni Mubarak. "Mi palabra y la de los que han firmado conmigo", respondió en tono solemne el rey Hussein antes de desear mucha suerte al presidente egipcio en su importante misión.
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