Raúl AIfonsín logra conjurar una grave crisis castrense

El Gobierno de Raúl Alfonsín ha logrado conjurar la más grave crisis militar desde que asumió el poder, originada al anunciarse ayer oficialmente que el general Héctor Ríos Ereñu asumía la jefatura del Estado Mayor del Ejército.El jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Juho Fernández Torres, presentó su solicitud de retiro, que le fue aceptada. Ayer se ignoraba quién asumirá su cargo. Fue éste el origen de la crisis en la cúpula castrense, ya que el general inicialmente señalado para reemplazar a Fernández Torres, el hasta ayer jefe del Estado Mayor del Ejército, Ricardo Pianta, rechazó el nombramiento y solicitó también el retiro.

La designación de Ríos Ereñu, considerado como un militar simpatizante del Gobierno radical, supone la salida del servicio activo de seis generales más antiguos, a los que se suman los alejamientos voluntarios del Ejército de Pianta y Fernández Torres.

La reestructuración en los altos mandos de las fuerzas armadas estaba prevista desde finales del año pasado, según dijo ayer una fuente gubernamental, pero tuvo que aplazarse porque el ministro de Defensa, Raúl Borrás, fue sometido a una operación de pulmón.

Si bien en un primer momento los cambios fueron presentados por las autoridades gubernamentales como "medidas previstas dentro del plan de reestructuración de las fuerzas armadas", en las primeras horas de la tarde del lunes quedó en evidencia la magnitud de la crisis.

A media mañana, el hasta entonces jefe del Estado Mayor Conjunto, general Julio Fernández Torres, hizo público un comunicado reiterando críticas a la política de defensa del Gobierno y rechazando un ofrecimiento para desempeñar el cargo de asesor del presidente para cuestiones militares.

Fernández Torres dijo que "la agresión subversiva" está en "pleno desarrollo". También expresó críticas a los recortes al presupuesto militar, que, a su juicio, "comprometen la capacidad de defensa del país".

Una fuente cercana al Gobierno señaló ayer que "el lunes ha sido el día más difícil en la relación del Gobierno con las fuerzas armadas". Tras la negativa del general Pianta a aceptar la jefatura del Estado Mayor Conjunto, que agregó un matiz nuevo a la crisis, el Ministerio de Defensa informó que no se producirá en forma inmediata la designación del reemplazante de Fernández Torres", máximo cargo en la jerarquía castrense tras el comandante en jefe de las fuerzas armadas, que es Alfonsín.

Básicamente, los jefes militares hacen hincapié en tres puntos: reducción del presupuesto, juicios a los jefes castrenses acusados de graves violaciones a los derechos humanos y un supuesto rebrote subversivo que estaría "amparado por la inactividad oficial".

El Gobierno decidió el relevo de los jefes considerados más duros. El jefe del Estado Mayor de la Armada, vicealmirante Ramón Arosa, aseguró el lunes, en un acto castrense, que las fuerzas armadas se someten a "una leal subordinación al poder político. No la interesada subordinación a un sector, sino a la forma de gobierno y a la filosofía de la vida establecidas en la Constitución nacional".

Por otro lado, el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas notificó ayer al Estado Mayor de la Marina que se ordenó la libertad del teniente Alfredo Astiz, detenido desde diciembre pasado como principal encartado en el secuestro y desaparición de la joven sueco-argentina Dagmar Hagelin en 1977.