Torras Herrería negocia la conversión de 3.475 millones en créditos participativos
La empresa Torras Herrería y Construcciones, principal compañía siderúrgica catalana y antigua participada del grupo de Banca Catalana, está a la espera de que se apruebe en una próxima reunión de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos del Gobierno la conversión de 3.475 millones de pesetas de su deuda oficial en créditos participativos.En principio, la operación cuenta con el visto bueno de la comisión ejecutiva del plan de reconversión sectorial.
La compañía se ha planteado esta operación desde una perspectiva de consolidación de su actual situación financiera y no como algo vital para su funcionamiento.
Torras Herrería y Construcciones, ha conseguido tras diversas operaciones, tanto con sus acreedores privados como con la banca oficial, refinanciar sus 7.500 millones de pesetas de deudas.
Aunque todavía no ha sido cuantificados, la empresa catalana ha cerrado su ejercicio de 1984 con beneficios, tónica que se mantiene desde el año 1982, cuando Torras Herrería y Construcciones quedó acogida a los beneficios -se le concedieron ayudas por un importe próximo a los 3.000 millones de pesetas- del plan de reconversión del sector de aceros comunes.
El cash-flow (beneficios más amortizaciones) previsto para el presente ejercicio superará los 1.200 millones de pesetas positivos, en línea con el año anterior.
Respuesta oficial
Estos resultados, unidos al cumplimiento de los objetivos propuestos en el plan de reconversión de 1982 -en el Ministerio de Industria existe un completo documento que ratifica este extremo-, hacen pensar que será positiva la respuesta que la Administración dé a la propuesta de la empresa. .Los accionistas mayoritarios de la empresa Torras Herrería y Construcciones adquirieron a principios del pasado año los títulos -concretamente el 15%- que estaban en poder del Fondo de Garantía de Depósitos, como consecuencia de la crisis protagonizada por Banca Catalana.
El antiguo socio era el Banco de Crédito Industrial (BIC) y el precio que pagaron fue de 250 millones de pesetas. La empresa siderúrgica catalana facturó en el último ejercicio conocido cerca de 18.000 millones de pesetas y proporcionaba trabajo a 525 personas.
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