Austria pretende controlar la industria de cosméticos para evitar el empleo de fetos
Continua en Austria el escándalo por la venta de fetos, embriones y meninges con fines cosméticos. La ministra federal de familia, Gretrude Froehlich-Sander, reclamó hoy un mayor control de la producción de cosméticos para evitar que sean utilizados fetos y embriones humanos en su composición.La revista especializada Icarus denunció en su último número que laboratorios farmacéuticos compran fetos en Austria por 100 dólares, y meninges por 24 y aseguró que uno de sus periodistas, que se hizo pasar por representante de un laboratorio, compró un embrión en el hospital policlínico de esta capital.
Informaciones recogidas en diversas fuentes mencionan a una filial de una industria farmacéutica de Alemania Federal como el principal comprador de fetos y embriones, para elaborar productos de belleza. El alcalde de Viena, Helmut Zilk, ha ordenado una investigación, que ha dado como resultado el despido de dos trabajadores del departamento patológico del hospital Policlínico.
Investigación profunda
La asociación Acción por la Vida, vinculada a la Iglesia Católica, calificó de "insuficiente" la decisión de Zilk, y pidió una profunda investigación y medidas para acabar con el macabro negocio.El concejal de Sanidad, Alois Stacher, que se encargó de la primera investigación, convocó ayer al Ministerio Federal a un grupo de médicos y juristas para que discutan la forma de cubrir las lagunas existentes en la ley sobre separación y utilización de órganos del cuerpo humano.
La legislación austríaca prohibe la venta de fetos y especifica que "se les debe enterrar o quemar", pero no menciona directamente los otros órganos ahora denunciados, a los que se les engloba dentro de la prohibición general. La misma fuente del Ministerio de Justicia añadió que sería muy conveniente estudiar de forma detallada qué utilidad real puede tener cada órgano del cuerpo humano, y proceder a su legislación, partiendo de la prohibición para que se comercialice con ellos, si no es con fines médicos.
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