EE UU lanza un ambicioso programa para desarrollar el ordenador de la 'quinta generación'
El Gobierno norteamericano ha iniciado un ambicioso programa para desarrollar ordenadores de alta velocidad y potencia en centros universitarios, mediante acuerdos de cooperación con las principales empresas estadounidenses. El proyecto, que durará cinco años, pretende conseguir el acceso de la comunidad científica e industrial a estos ordenadores, hasta ahora limitados a usos de defensa y administrativos, y responder al mismo tiempo al reto planteado por Japón, que trabaja desde hace tiempo en un gran proyecto para fabricar el ordenador de quinta generación.
La Fundación Nacional de Ciencia informó el pasado lunes que invertirá cerca de 200 millones de dólares (cerca de 38.200 millones de pesetas) para crear cuatro centros de investigación en superordenadores en los cuatro principales centros universitarios de Estados Unidos. Esta decisión es el mayor esfuerzo del Gobierno federal para potenciar la investigación utilizando la más moderna tecnología en ordenadores.Funcionarios del Gobierno federal explicaron que este programa de cinco años responde a la "abrumadora necesidad" de los académicos de utilizar superordenadores para resolver una amplia gama de problemas de investigación. Otras fuentes indicaron que el programa es la respuesta norteamericana al plan japonés para construir ordenadores superveloces, plan en el que trabajan conjuntamente la Administración y la industria niponas.
Problemas de años
Aunque varían en su diseño y funciones, los superordenadores son utilizados generalmente para resolver problemas que los computadores ordinarios tardarían años en resolver. La mayoría de estas máquinas cuesta cerca de 10 millones de dólares (unos 1.910 millones de pesetas), y son utilizados por el Ministerio de Defensa, los servicios de espionaje y laboratorios del Estado. Muy pocos están a disposición de los investigadores universitarios o de la industria."Si este programa despega, creo que les será muy dificil a los japoneses seguir nuestro ritmo", afirma Kenneth Wilson, premio Nobel de Física, que estará al frente del Nuevo Centro Nacional para Alta Tecnología en Ordenadores de la universidad Cornell, en Ithaca, Nueva York.
Los otros centros estarán situados en las universidades de Princeton, Estado de Nueva Jersey, donde será dirigido por un consorcio formado por varias universidades de la costa este de Estados Unidos; en la universidad de Illinois, considerada en vanguardia de la investigación en ordenadores, y en la universidad de San Diego, California, donde trabajarán conjuntamente 18 universidades.
El proyecto supone el mayor esfuerzo en investigación de ordenadores realizado en Estados Unidos al margen de los militares y constituye una colaboración poco usual entre: la Fundación Nacional de Ciencia, las universidades y las industrias privadas. Se espera que corporaciones y Gobiernos de los Estados igualen los 200 millones de dólares iniciales de fondos federales y firmen contratos de investigación con las universidades, lo que daría a las empresas acceso a estos centros.
Entre las primeras empresas colaboradoras está la International Business Machines (IBM), que informó que invertirá 30 millones de dólares (5.730 millones de pesetas) en material y empleados para apoyar un programa de investigación en la universidad de Cornell, para crear un ordenador 40 veces más rápido que el ordenador mas rápido actualmente en el mercado. La corporaciones Exxon, American Telephone and Telegraph (ATT) y Lockheed participarán en el centro de Princeton.
Las universidades han informado que controlarán el acceso a estos nuevos ordenadores y que el dinero del Gobierno federal se empleará únicamente en investigación y no para desarrollar nuevos productos industriales. El proyecto, sin embargo, suscita nuevas cuestiones sobre la relación entre las grandes corporaciones y la Universidad. El soporte lógico (software) que genere el proyecto puede provocar una gran competencia entre las compañías que patrocinan el proyecto.
"Es evidente que los superordenadores se están convirtiendo en un instrumento indispensable en la ciencia y en la ingeniería de hoy en día", afirma Erich Bloch, científico y director de la Fundación Nacional de Ciencia. "Pero nuestros investigadores no tienen acceso a la potencia de ordenador que necesitan".
Problemas acuciantes
De hecho, recientemente los investigadores universitarios se han quejado de que si son privados del acceso a los superordenadores no podrían encarar algunos de los problemas más acuciantes planteados en la física de partículas, la biotecnología, la aerodinámica y el diseño de automóviles. Larry Smarr, el astrofísico de la universidad de Illinois que dirigirá el centro de superordenadores de esta universidad, señaló que se ha visto obligado a viajar regularmente a Múnich para tener acceso a un superordenador que le ayudara en el estudio de los agujeros negros."Este país se duerme de vez en cuando", ha declarado. "La tecnología ha avanzado, pero nuestras instalaciones se han quedado atrás".
Lo que hizo que el Congreso concediera el año pasado 40 millones de dólares (7.640 millones de pesetas) para el primer año del proyecto de superordenadores, por encima de las objeciones de algunos miembros de la Administración Reagan, tuvo tanto que ver con la competitividad industrial como con la calidad de la investigación académica.
Numerosas empresas han hecho notar que Japón ha dado amplio acceso a la industria a sus superordenadores, y han señalado que las máquinas han reducido en un 90% algunos procesos de diseño industrial.
Tres de los cuatro ordenadores utilizados en el proyecto provendrán de las empresas punteras en este campo, Cray Research y Control Data Corporation. Sin embargo, el proyecto de mayor interés hoy en día para la industria es la colaboración entre la universidad de Cornell e IBM. Los superordenadores son prácticamente el único tipo de ordenadores que IBM no fabrica, en parte porque el mercado para estas máquinas se considera limitado.
Jack D. Kuehler, director de la división de desarrollo de grandes ordenadores de IBM, ha declarado que la colaboración con Cornell es una opción de las que la compañía está estudiando respecto al diseño de superordenadores.
Directivos de IBM anunciaron el pasado lunes, por ejemplo, que la compañía tiene proyectos de investigación sobre este tema con las universidades de Nueva York, de Rice y con el Instituto de Tecnología de Massachusetts. El enfoque del proyecto con Cornell es, sin embargo, diferente: se trata de construir lo que Wilson llamó una "gran máquina paralela", en la que centenares -y eventualmente, millares- de procesadores comparten el trabajo sobre un único problema.
Un millón de 'bits'
Un aspecto de la carrera por conseguir ordenadores más veloces es la competencia en que las mayores empresas de microelectrónica se encuentran inmersas por conseguir mayores y más rápidos circuitos integrados (chips) de memoria.En una reciente conferencia internacional sobre circuitos de estado sólido celebrada en Nueva York, IBM anunció el desarrollo de un chip de memoria de 1.000 millones de bits, que trabaja al doble de velocidad que el anterior fabricado por la misma compañía. Productos similares han sido anunciados por las empresas japonesas Toshiba, NEC, Hitachi, Mitsubishi y Fujitsu, y por las norteamericanas ATT y Mostek. Los chips megabit sustituirán a los de 256.000 bits de capacidad (256K) que se acaban de empezar a producir en serie.
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