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Concesiones árabes para negociar sobre Oriente Próximo

Los países árabes moderados y la propia Organización para la Liberación de Palestina (OLP) multiplican estos días las concesiones con el propósito declarado de demostrar su buena voluntad, incitar a EE UU a retomar la iniciativa en Oriente Próximo y forzar a Israel a negociar la paz. El último en haber flexibilizado su postura ha sido el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, que en unas declaraciones al diario The New York Times, reiteradas el lunes a un grupo de corresponsales acreditados en El Cairo, ha suscrito abiertamente la tesis norteamericana de negociaciones directas israelo-árabes.

El jefe de Estado egipcio ha pedido incluso al presidente Ronald Reagan que organice estas conversaciones "palestino-jordano-israelíes" que está dispuesto a acoger en El Cairo, al tiempo que insistía en que la delegación palestina en estos encuentros estaría compuesta de "elementos moderados".Para el primer mandatario egipcio no cabe la menor duda de que la OLP "se pondrá de acuerdo con el rey Hussein sobre la selección de esos elementos moderados para poder así llegar a un compromiso" en la negociación.

Deseoso de presentarse en Washington, capital a la que viajará el próximo mes de marzo, con los obstáculos previos a la apertura de negociaciones superados, Mubarak desempeña un auténtico papel mediador, con la realización de nuevos contactos diplomáticos con Israel y la coordinación de sus iniciativas con el rey Hussein de Jordania.

Un emisario egipcio se entrevistó la semana pasada, en Bucarest, con el jefe del Gobierno israelí, Simón Peres, cuyo ministro de Energía, Moisés Shahal, entregará hoy a Mubarak un mensaje del primer ministro de Jerusalén, ciudad a donde se desplazó ayer Osama el Baz, jefe del Gabinete del presidente egipcio, aunque un portavoz de Peres negara ayer la llegada de Baz a Jerusalén. "No sabemos de ningún enviado egipcio que esté aquí", dijo cundo se le pidieron detalles sobre la visita.

Frecuentes visitas

Paralelamente, ministros jordanos y egipcios intercambian frecuentemente visitas y los jefes de Estado de ambos países se reunirán por cuarta vez, desde el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas capitales, el 6 de marzo, en un balneario situado al borde del mar Rojo.A esta oleada de encuentros, conversaciones, enviados y hasta de rumores se ha venido a sumar la información proporcionada por la agencia de noticias libia, Jana, que daba cuenta ayer de un encuentro secreto mantenido la pasada semana en Roma por Arafat y Peres.

La agencia libia de noticias decía que en la entrevista se discutió sobre el contenido del acuerdo entre Hussein y Arafat y que el líder palestino pidió al dirigente israelí que no se opusiera a la presencia palestina en la futura delegación negociadora.

'Cumbre' Mubarak-Peres

Tras la apertura de conversaciones entre Egipto e Israel sobre el enclave de Taba, el inicio de la retirada de las tropas israelíes del sur de Líbano y, últimamente, la intensificación del diálogo bilateral, las relaciones entre Israel y el único país árabe que mantiene una embajada en Tel Aviv han mejoradó sensiblemente, hasta el punto de que se rumorea de nuevo la posible celebración de una cumbre entre Hosni Mubarak y Simón Peres, a la que el mandatario egipcio se ha negado hasta ahora a asistir.A diferencia del reciente acuerdo entre Jordania y la OLP, que recibió una acogida francamente negativa por parte de los dirigentes israelíes, la propuesta formulada el lunes por el presidente egipcio meriece, según Peres, ser examinada "en un espíritu serio y constructivo". La Prensa israelí le ha tributado un enorme interés.

La oferta egipcia presenta para Tel Aviv la ventaja de prescindir para la negociación del marco de una conferencia internacional patrocinada por la Organización de las Naciones unidas, en la que estaría inevitablmente representada la Unión Soviética.

Pero, en contra, de las intenciones israelíes, también insiste en la participación palestina -no exclusivamente jordana- en la negociación, en la que deberían tomar parte "elementos moderados".

Aunque Mubarak ha elogiado en varias ocasiones la "fórmula de acción conjunta" elaborada por Hussein y Arafat, calificándola de "excelente", su postura parece ahora mucho más flexible que la base negociadora definida el 11 de febrero en Aminan, porque prefiere las conversaciones directas -tal como aconseja la Administración norteamericana del presidente Ronald Reagan- a la conferencia internacional, por la que abogan los dirigentes del Kremlin.

Puntos de vista contrapuestos

Esta aparente contradicción entre el soberano hachemí y el jefe de Estado egipcio se explica, según fuentes de El Cairo, por el deseo de Mubarak de jugar un papel mediador adoptando- una postura intermediaria entre sus aliados árabes y su vecino israelí, con objeto de acercar los puntos de vista opuestos.Las mismas fuentes añaden que el presidente egipcio ha hecho voluntariamente todas las concesiones "posibles e imaginables" para obligar a Israel a definirse claramente de una vez con vistas a la apertura de una posible negociación.

En caso de respuesta positiva, señalan, intentará convencer al presidente norteamericano, Ronald Reagan, en marzo, de que fomente las conversaciones, y si la respuesta es negativa, Mubarak se quejará ante su homólogo norteameriano de la mala voluntad israelí frente a los árabes bien predispuestos.

A pesar de que contradice su acuerdo, ni Hussein ni Arafat han criticado hasta el momento el plan de Mubarak para abrir el diálogo, aunque los palestinos radicales, respaldados por Siria, lo denuncian vehementemente como ya atacaron en su día el pacto palestino-jordano de Amman.

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