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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Naturaleza y civilización

Contrastar el mundo natural con el creado por el hombre es el fin esencial de esta bella película de extraño título. Naturalmente, en el juego comparativo queda malparada la civilización. Nada tan perfecto y sano como el origen de todo. El hombre ha logrado enloquecer su primitiva riqueza haciendo del edén un mundo inhabitable, neurótico, inútil.Que el discurso de Koyaanisqatsi suene a elemental o que sea reconocible desde mucho antes de que la película concluya no elimina buena parte de sus aciertos. La productora, el IRE, organización humanitaria sin afán de lucro, y el director, Godfrey Reggio, que antes de filmar esta primera película trabajó en entidades de corte similar (Hermanos Cristianos de la Orden de la Enseñanza, Clínica de la Gente), han coincidido en la transmisión de un enunciado tan antiguo y obvio.

Koyaanisqatsi

Guión y dirección: Godfrey Reggio. Música: Philip Glass. Efectos visuales: Ron Fricke. Documental. Norteamericana, 1982. Estreno: Albéniz. Madrid.

Los aciertos son de orden formal, y ésta debe de ser la razón de que Coppola aparezca en sus títulos como promotor del filme. Los efectos creados por la cámara de Ron Fricke son, especialmente en la primera parte del filme, de gran brillantez, acelerando el paso del tiempo, el transcurrir de las nubes o las variantes de la luz solar a lo largo de un día para reducirlas a escasos segundos. De igual forma, la relación de los hombres con sus medios, el bullir de una ciudad, se narran a velocidades tales que el efecto comparativo aumenta hasta la caricatura.

La belleza de esas imágenes y la diversión del contraste provocan en el espectador una fascinación reconfortante.

El mismo juego se prolonga por encima de lo necesario sin narrativa y sin palabras, y todo estímulo en la primera mitad del filme puede producir cierto cansancio en su segunda parte. Todo es cuestión del humor personal de cada espectador. De hecho, Koyaanisqatsi, título tomado de un viejo vocablo de los indios hopi que significa vida fuera de equilibrio, ha recibido numerosos premios en distintos festivales internacionales y ha sido entendida por críticos como una obra que renueva las estructuras del documental.

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