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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Deseamos la paz

He leído con inusitado asombro e indignación, en el espacio tan sólo de dos días, dos noticias que como español considero intolerables.La primera, el proyecto norteamericano desde 1975 -y con total desconocimiento del pueblo y del Gobierno español- de instalar en nuestro país armas nucleares, y la segunda, el ejercicio del espionaje en la Presidencia del Gobierno de España por parte de funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en este país.

Resulta increíble que un país situado dentro de la órbita a la que pertenece y promueve EE UU -eso sí, por decisión particular del señor Calvo Sotelo y de su democrático Gobierno, que no consultó en momento alguno al pueblo español sobre tan lamentable decisión- sea objeto de espionaje, siendo un forzado colaborador suyo y teniendo además, por añadidura, concedida la permanencia de bases militares en nuestro territorio. Increíble.

Los españoles debemos acabar, de una vez para siempre, de ser servidores incondicionales y gravemente vejados de esa política de superioridad que los norteamericanos practican en el mundo entero, en Centroamérica, en Europa, en Asia, pero que sobre todo trata, además de imponerse al mundo, de crear, mediante bases para su defensa y ataque lejos de su país, una cobertura a su propia existencia, aunque para ello la de los demás desaparezca de la faz de la Tierra bajo la masacre nuclear que se avecina. Y debemos acabar con esa dependencia porque no tenemos necesidad alguna de dominar a nadie, por una parte, y, por otra, porque aunque en armamento seamos infinitamente inferiores al pueblo norteamericano, somos infinitamente superiores en tradición, cultura e historia.

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España debe ser neutral, y solamente el abandono de esta convergencia con quienes, de un lado o del otro, tratan de imponer su supremacía nos permitirá quizá sobrevivir en paz, al igual que nuestra neutralidad en las dos guerras mundiales anteriores nos mantuvo al margen de sus consecuencias.

Habrá, sin duda, sectores minoritarios en nuestro país que expresarán su opinión de que nuestra separación del bloque occidental en el sentido bélico no nos permitirá. el acceso al Mercado Común europeo. Llevamos 12 años tras nuestra integración en la CEE y otros muchos en la OTAN sin que dicho acceso se haya producido, por lo que este argumento carece en absoluto de valor.-

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