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Sólo los elogios de sus subordinados mantienen viva la presencia de Chernenko en la URSS

Pilar Bonet

El líder soviético, Konstantín Chernenko, de 73 años, sigue sin aparecer en público dos días antes de la fecha fijada para su intervención electoral, aunque su presencia es mantenida viva por el torrente de elogios que le dedican los máximos dirigentes de la URSS, incluido, ayer, el ministro de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko. Al igual que el resto de los miembros del Politburó del PCUS, que sin falta transmiten saludos en su nombre por todo el país, Chernenko es candidato a las elecciones del próximo 24 de febrero, de las cuales surgirán los soviets (parlamentos) de las diferentes repúblicas de la URSS.

El discurso electoral de Chernenko, que pondría el broche final a la campaña electoral, está fijado para el viernes día 22, y debe tener lugar en el Palacio de Congresos del Kremlin. Aunque la intervención del secretario general y presidente del Soviet Supremo no ha sido desconvocada, en medios occidentales de la capital soviética reinan serias dudas sobre su eventual aparición pública.Funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores de la URSS reciben con cierto distanciamiento, y sin dar garantías, las solicitudes de acreditación al acto que formulan los corresponsales residentes en Moscú. Hasta el martes por la tarde, los medios de comunicación habían informado de todos los discursos electorales, con excepción del de Mijail Gorbachov y el jefe del Gobierno, Nikolai Tijonov, quienes deben intervenir hoy y mañana, respectivamente.

El último en intervenir hasta ahora ha sido el ministro Gromiko, quien ayer definió a Chernenko como un "prominente activista del partido y el Estado, del movimiento comunista y obrero internacional". Hablando a los electores de Kaliningrado (ciudad cercana a Moscú), Gromiko dijo que Chernenko "pone al servicio de nuestra patria toda su experiencia y conocimientos. A su nombre están ligadas grandes acciones, relacionadas con el desarrollo y fortalecimiento de nuestro país, y también enormes iniciativas cuyo fin es eliminar la amenaza de guerra y reforzar la paz en el mundo".

Gromiko elogió también el papel de Chernenko en la elaboración de las directrices ideológicas para la etapa actual de la construcción comunista y su "lucha por la limpieza en las filas del partido".

La lista de oradores electorales fue inaugurada el 1 de febrero por el secretario del Comité Central, Yegor Ligachov, y ha continuado hasta Gromiko, por un orden que se ajusta a la importancia creciente de los personajes. Antes de Gromiko tomaron la palabra, en días sucesivos, Gueidar Aliev, Grigori Romanov, Mijail Solomentsev, Vasili Kusnetsov y Víctor Grishin, todos ellos miembros de pleno derecho del Politburó, salvo Kusnetsov, que es miembro suplente.

Por los elogios dedicados a Chernenko ha destacado hasta ahora el jefe del partido en Moscú, Víctor Grishin. Éste es considerado como un hombre cercano al secretario general y un eventual candidato de compromiso para su sucesión por algunos observadores occidentales, que ven en él una vía intermedia entre Gorbachov y Romanov, por quienes se decanta la mayoría de sovietólogos.

La sarta de alabanzas de todo tipo dirigidas al secretario general recuerda a algunos la clase de elogios que suelen contenerse en las necrológicas, pero observadores políticos en Moscú opinan que están destinadas a mantener la figura ausente del dirigente lo más cercana posible a la población. En algunos medios soviéticos se señala que tras el incienso y una cierta indefinición en las posiciones expresadas por los distintos oradores, se oculta un equilibrio inestable, donde ninguno de los políticos más importantes del país quiere decantarse demasiado en un sentido u otro (disciplina o reforma de la gestión económica, por ejemplo), en previsión de un futuro incierto.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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