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Los ministros de la CEE se reúnen hoy en Bruselas para debatir la oferta global sobre el ingreso de España

Andrés Ortega

La Comisión Europea, órgano ejecutivo y burocrático de la CEE, tiene en sus manos una auténtica bomba de relojería: las propuestas sobre la contribución española al presupuesto de la CEE. Pues, indican fuentes comunitarias, tras el acuerdo de la cumbre de Fontainebleau en junio de 1984 sobre el cheque de devolución al Reino Unido, el resultado puede ser el siguiente: Grecia tendrá, tras la adhesión de España y Portugal, que contribuir más al cheque británico. Los ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad se reúnen hoy en Bruselas para debatir la propuesta global de la Comisión para desbloquear las negociaciones sobre el ingreso español en materia de agricultura, pesca y asuntos sociales.

Las perspectivas sobre el resultado de este Consejo de Ministros de la CEE son pesimistas para España. A pesar de que la oferta de la Comisión ha sido considerada inaceptable por el Gobierno, diversos países comunitarios han anunciado su intención de "endurecerla". Fernando Morán, ministro de Asuntos Exteriores, y Manuel Marín, secretario de Estado para las Relaciones con la CEE, viajarán hoy a Bruselas para entrevistarse con los responsables comunitarios.La Comisión se reúne esta mañana, antes del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la CEE que debe definir entre hoy y mañana (con posibilidad de proseguir el miércoles) las posturas -en agricultura, pesca y asuntos sociales- que presentar a España y Portugal, con este tema y otro también espinoso, a saber: las nuevas propuestas sobre los Programas Mediterráneos Integrados (PIM), a cuya solución satisfactoria subordina Grecia el ingreso ibérico.

Tantos problemas levantan ambos temas, según fuentes comunitarias, que la Comisión discuta, pero no decida, hoy sobre estas cuestiones. Se pretende que España contribuya plenamente a los recursos propios de la CEE, desde la adhesión, a través de las recaudaciones del IVA (impuesto sobre el valor añadido) y otras partidas. Como España no se beneficiará plenamente de los fondos de la Comunidad hasta el fin del período transitorio, durante unos años será contribuyente neto a las arcas de Bruselas. De ahí que lo que se discute ahora es la forma de devolver a España el déficit que presente durante esos años frente al presupuesto de la CEE.

Tres alternativas

La Comisión examina tres alternativas: por un lado, la griega, por la cual Atenas recibe directamente una contrapartida de lo que da a Bruselas. Por otro, un régimen análogo al del Reino Unido, que tras Fontainebleau no recibirá técnicamente un cheque, sino que se descontará parte del déficit directamente de lo que entregue a Bruselas el año siguiente; y, en tercer lugar, una fórmula ad hoc para España y Portugal.

Cuando el ingreso del Reino Unido, Irlanda y Dinamarca se aplicó un régimen gradual de pagos a las arcas de la CEE, en un plazo de cinco años. Para Grecia también se calculó el régimen sobre cinco años. Pero para España y Portugal habría que hacerlo sobre siete o 10 años, dado el período transitorio en agricultura, "lo que dificulta sobremanera la operación", según fuentes comunitarias.

El verdadero problema ahora es una frase que desapareció de las conclusiones finales en el curso de la cumbre de Fontainebleau: para el cálculo de la rebaja a Londres (y por cierto también a Bonn) no se tendrían en cuenta los efectos de la ampliación de la CEE a España y Portugal.

La supresión de esta frase significa que, con la aplicación de la fórmula de Fontainebleau a Londres y Bonn, tras la adhesión de España y Portugal serán a los otros ocho a los que corresponderá financiar más tanto el reembolso al Reino Unido y la RFA como el que vaya a Madrid y Lisboa. "¿Es pensable que Atenas, que encima no tendrá los PIM que quería, pague más a la señora Thatcher?", se pregunta un experto comunitario, calificando la situación de "explosiva".

Tan explosiva, que los expertos de los diez piensan que la Comisión al final no decidirá, y dejará el tema abierto para que sea el Consejo de Ministros de la CEE el que deshaga el nudo. Y es uno de los temas que probablemente tendrá que ir a la cumbre europea de finales de marzo.

Contribución española

La Comisión ha hecho diversas estimaciones sobre el caso español -España será, si no hay reembolso, contribuyente neto a la CEE- que guardan en estricto secreto. España deberá contribuir con el IVA, con las percepciones de aranceles provenientes de países terceros, pero no con las tasas a la importación de frutas y hortalizas durante los cuatro primeros años. Al cabo del período transitorio, la CEE calcula, sin embargo, que España será beneficiaria, con un saldo neto del orden de un 5% del total de este presupuesto.

El actual problema presupuestario de la CEE a diez será tema de debate esta semana en el Consejo de Ministros. La RFA sigue firme en no anticipar la entrada en vigor de los nuevos recursos propios de la CEE en 1985, manteniendo la fecha del 1 de enero de 1986. Para cubrir el déficit presupuestario de 1985, Italia propone una aportación especial de todos los Estados que incluya la devolución a Gran Bretaña para este año.

En cuanto a los PIM, Delors ha esbozado ya una nueva propuesta, que incluye préstamos especiales para algunas regiones de Grecia -fundamentalmente-, Italia y Francia. Pero Grecia ha endurecido de nuevo su posición, recordando que en la propuesta de los PIM, para seis años, suponía una cantidad global equivalente a 800.000 millones de pesetas, cifra que ni Londres ni Bonn aceptan.

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