_
_
_
_

Seis africanos, retenidos en Valencia tras viajar como polizones desde Costa del Marfil

Seis jóvenes africanos permanecían ayer encerrados en un minúsculo camarote del barco español Valle de Carranza, de la compañía Vasco-Madrileña de Navegación, que estuvo atracado temporalmente en el muelle Sur del puerto de Valencia, donde fueron recluidos al descubrirse que viajaban como polizones. Al parecer, los seis tripulantes; ilegales uno de los cuales es ciudadano ugandés y el resto de Ghana, subieron al barco en San Pedro (Costa de Marfil) y se ocultaron entre la carga de madera. La policía valenciana, que se negó a proporcionar a la Prensa información sobre el caso, vigiló a los jóvenes para evitar su huida del barco, ya que se les considera inmigrantes ilegales. El buque zarpó a última hora de la tarde de ayer con rumbo a Tarragona.

En la comisaría del puerto aseguraron ayer por la tarde que ninguno de los tripulantes extranjeros retenidos en el Valle de Carranza había solicitado asilo.Los seis africanos, cuyas edades oscilan entre los 18 y los 24 años, serán devueltos a sus países de origen por las autoridades españolas. Sin embargo, uno de ellos, que pudo conversar con un redactor de este periódico a través de la angosta ventanilla del camarote, afirmaba ser un refugiado político y que no está dispuesto a regresar a su patria, Uganda.

Ali Joseph, como asegura llamarse, afirma haber emprendido el viaje en solitario, tras haber solicitado inútilmente asilo político en diversos países africanos, y dice que no tiene nada que ver con el resto de los polizones, ghaneses deseosos de escapar de las dramáticas condiciones económicas y sociales de su país. El barco Valle de Carranza, estacionado desde el pasado 9 de febrero en el Muelle Sur del puerto de Valencia, debía zarpar de vuelta a tierras africanas ayer mismo. Lo hizo en cambio en dirección a Tarragona. A la una de la tarde de ayer, Ali Joseph aseguró que no había podido entrevistarse con ningún representante de las autoridades, y solicitaba la ayuda de un abogado para pedir asilo político al Gobierno español

La 'ley del mar'

En un inglés defectuoso, este ugandés, que declaró haber viajado por Europa y tener a su novia y a su hijo en Italia, proclamó su deseo de quedarse en España, ya que no puede regresar a su país "por cuestiones políticas", que no aclaró, aunque negó reiteradamente pertenecer al ejército.

Ayer no fue posible entrar en contacto con la naviera del buque, que según la costumbre habitual en estos casos, suele encargarse de devolver a los inmigrantes a sus países de origen, siempre que se hallen provistos, de documentación legal. Este es el caso de los cinco súbditos de Ghana, que no quisieron revelar sus nombres, y que han viajado desde Costa de Marfil provistos de pasaporte. El ugandés Ali Joseph, en cambio, carece de cualquier documentación, por lo que su destino parece más incierto.

También según la costumbre, dado el vacío legal existente en estos momentos, podría ser repatriado en el mismo barco, aunque con menos garantías de llegar a puerto que sus compañeros, según la leyenda negra de la ley del mar. En cualquier caso, Joseph debería ser repatriado por la fuerza, ya que no quiere ni oír hablar de volver a Uganda.

Los tripulantes del Valle de Carranza que se hallan en huelga en reivindicación de mejores condiciones laborales, observaban con curiosidad y escepticismo la situación de los seis africanos, que permanecen encerrados en un pequeño camarote desde que fueron descubiertos , custodiados por una pareja de policías.

A través de una minúscula ventanilla del camarote que da al exterior, tapada por una reja, los polizontes pidieron tabaco a los marineros y a descargadores del muelle, y pueden hablar sin autorización del capitán, con las personas que se aproximan al barco. La prensa no fue ayer autorizada a subir a bordo, aunque nadie impidió a los periodistas conversar a gritos desde el muelle con Joseph, asomado a la ventanilla.

La llegada a las costas españolas de barcos procedentes de África con tripulantes ilegales, o polizones, es un fenómeno frecuente, siendo precisamente Ghana el país de que parten la mayoría de ellos, con la intención de buscar en Europa mejores horizontes.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_