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El dólar supera en Madrid la barrera de las 180 pesetas

El dólar continuó ayer su espectacular escalada en todos los mercados de cambios europeos. En Madrid, la divisa norteamericana batió récord por séptima vez en lo que va de año, al fijar el Banco de España un cambio medio de 180,788 pesetas/dólar, lo que supone una apreciación para el dólar de 1,08 pesetas con respecto al cambio del lunes, de 179,708 pesetas, y una depreciación para la peseta del 0,60%. La moneda española apenas registró variación frente al marco alemán, a pesar de la gran depreciación de la divisa alemana respecto al dólar, fijando un cambio en las cercanías de las 55,16 pesetas/ marco, mientras se revalorizó frente a la libra, cambiando a 197,782 pesetas, frente a las 198,416 del lunes.

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Los especialistas estiman que de no producirse una reacción técnica del mercado tras las realizaciones de beneficios, el dólar puede alcanzar los 3,35/3,46 marcos/dólar, equivalente, según ello, a las 185,889 pesetas/dólar.Expertos citados por Reuter en Francfort aseguran que la reciente escalada del dólar está impulsada por el conocimiento público de las diferencias que separan a los bancos centrales europeos y a Washington sobre la viabilidad de la intervención frente al dólar. Mientras el Bundesbank parece estar encabezando un movimiento europeo que puja por la intervención a tope de los bancos centrales, el Tesoro norteamericano vende dólares a medio gas. Los inversores deducen de esta disputa que el dólar va a seguir subiendo.

En Basilea, en la sede del Banco Internacional de Pagos, los bancos centrales europeos acordaron por su parte ayer continuar interviniendo en los mercados de cambios para frenar, con poco éxito hasta ahora, la escalada del dólar, aunque admitiendo la existencia de limites en lo que pueden hacer.

En el mercado de cambios de París, el dólar atravesó por primera vez la barrera de los 10 francos, informa , cotizando a 10,0230 francos contra 9,9465 del lunes, y la tendencia parece continuar en alza, aunque la celebración del Día de Lincoln, en Estados Unidos y el consiguiente cierre de los mercados norteamericanos de divisas, dieron un poco de alivio.

Francia continúa pensando que la fortaleza del dólar se debe al déficit presupuestario norteamericano, pero con todos los indicadores en la mano (déficit, saldo del comercio exterior, inflación, tasas de interés) la explicación resulta insuficiente para algunos expertos, sobre todo si se compara con los resultados de las monedas de Japón o de la República Federal de Alemania. La debilidad del marco frente al dólar es motivo de consuelo en París, mucho más preocupado por la correlación de fuerzas dentro del Sistema Monetario Europeo, que por el nuevo alza de la divisa estadounidense.

En Londres, la caída de la libra a consecuencia de la fortaleza del dólar norteamericano empieza a poner en peligro, en opinión de analistas financieros de la City, los esfuerzos del Gobierno conservador para contener la inflación, hasta ahora coronados por el éxito, informa Carlos Mendo, desde la capital británica.

La moneda británica estableció el lunes un nuevo récord, al cotizarse por debajo de 1,10 dólares por libra, lo que supuso una baja de 1,4 centavos en un solo día. Al iniciarse los mercados de moneda ayer la libra continuó bajo la presión de la moneda americana con una cotización de 1,094 por dólar, un claro indicio de que la paridad entre las dos monedas, impensable hace sólo un año, puede estar a la vuelta del camino.

El Gobierno italiano, por su parte, no devaluará la lira tras la subida récord del dólar, que ayer cotizó al cierre a 2.016,15 liras, su máximo histórico, frente a las 2.003,40 del lunes, informa Juan Arias, desde Roma.

En Wall Street, los expertos afirman que no hay datos económicos nuevos que justifiquen la fulgurante subida del dólar frente al resto de las monedas occidentales en las últimas jornadas, informa Francisco G. Basterra desde Washington. Simplemente los inversores, las empresas y los bancos centrales ven el dólar como una inversión segura, y "más gente quiere comprar dólares que venderlos, y, por tanto, este moneda seguirá muy fuerte", asegura Wait Rawls, un director del Chemical Bank.

Esta explicación es también la preferida por la Administración Reagan, que se limita a decir que los inversores ven a Estados Unidos como un refugio seguro y acuden al dólar convencidos de que la economía norteamericana tiene un futuro muy brillante. La posesión del dólar se convierte así en una garantía de seguridad superior incluso a la ofrecida por esta moneda en los años sesenta, cuando EE UU era incuestionablemente la fuerza dominante en el mundo. Si esto, como parece, es cierto, argumentan las autoridades monetarias, no se debe hacer nada para impedir la subida del dólar.

El Gobierno norteamericano no acepta la explicación europea, económicamente más ortodoxa, que asegura que el elevado déficit público (más de 200.000 millones de dólares) y las necesidades de financiación del mismo fuerzan al alza los tipos de interés, lo que provoca una compra masiva de dólares por parte de los inversores extranjeros.

Washington se niega de momento a intervenir de una forma prolongada y masiva en los mercados de cambios, aunque hace un mes, con motivo de una reunión de ministros occidentales de Finanzas en esta capital, el Tesoro sugirió la posibilidad de facilitar la intervención si el desorden monetario es muy grande. El Gobierno comienza a preocuparse por el precio que están pagando las empresas exportadoras norteamericanas en puestos de trabajo perdidos y la economía en general, con un histórico déficit comercial de 123.000 millones de dólares en 1984.

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