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William Schroeder ha perdido la memoria.

El segundo receptor de un corazón artificial, William Schroeder, está listo para abandonar el hospital a finales de mes con su órgano artificial funcionando impecablemente, aunque no ha conseguido recuperarse totalmente de la embolia cerebral que sufrió poco después de la intervención. La embolia, que provocó en el paciente una amnesia, le ha dejado incapaz para aprender el funcionamiento del aparato de bombeo que acciona su corazón. Los médicos consideran que su estado físico es incomparable y han dejado de suministrarle imipramina, una droga que se le prescribió para contrarrestar la profunda depresión que padeció después de la embolia del 13 de diciembre de 1984.Página 25

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