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La Comisión de la CEE presenta una oferta global de compromiso para el ingreso de España y de Portugal

Andrés Ortega

La Comisión Europea -órgano ejecutivo de la CEE- presentó a los diez ayer en Bruselas un paquete global de compromiso en las negociaciones con España y Portugal que cubre la agricultura, la pesca y los asuntos sociales. "No les va a gustar ni a los Estados miembros de la Comunidad ni a España", señalaron fuentes comunitarias. Si los ligeros avances contenidos en este documento -de unas 60 páginas- se confirman, según fuentes españolas consultadas por EL PAIS, puede verse ya el final del largo proceso negociador.

A modo de ejemplo se puede citar que la Comisión ofrece siete años de período transitorio de pesca si España respeta las garantías sobre el número de barcos, caladeros y especies, además de un estricto plan de reestructuración de la flota. En otro caso, este período sería ampliable hasta un total de 15 años.Los medios comunitarios mantuvieron ayer este documento en estricto secreto y los elementos que ha conseguido conocer EL PAIS son, pues, sólo parciales. Fuentes del Ministerio es pañol de Asuntos Exteriores y de la Secretaría de Estado para las Relaciones con la CEE expresa ron ayer una extremada prudencia ante la oferta negociadora, ya que sólo disponían de una comunicación verbal, y se reservaron la evaluación definitiva al "estudio detallado y concreto" del texto.

El titular de la Secretaría de Estado, Manuel Marín, declaró a este periódico que, "en el momento de la negociación en que nos encontramos, es necesario analizar con lupa la oferta en toda su extensión, pues si bien en un tema concreto la Comisión puede ofrecer una salida política buena hay que evaluar si, a la vez, no repercute negativamente contra el aparato productivo es pañol o representa perjuicios comerciales".

Previamente, Manuel Marín había declarado en un seminario sobre la empliación de la CEE, que se celebra en Madrid organizado por la Confederación Europea de Sindicatos, que "la negociación se encuentra en momentos dramáticos y difíciles, por estar en su recta final". El Gobierno español mantuvo ayer contacto con varías capitales europeas sin obtener reacciones concretas sobre la nueva propuesta de la Comisión. Al parecer, los diez fueron informados también verbalmente.

La Comisión Europea presentó hace 10 días un paquete negociador que fue rechazado. En círculos diplomáticos se comenta que las comunicaciones verbales realizadas ayer obedecen a un sondeo sobre las respuestas que va a provocar en los Gobiernos afectados este nueva propuesta, ya que "no podría soportar un nuevo rechazo".

Reunión con la 'troika'

Es probable que el presidente del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad, Giulio Andreotti, esboce las líneas generales de estas propuestas en la entrevista que tendrá hoy en Roma con su homólogo español, Fernando Morán. Los ministros de Asuntos Exteriores de los diez se reúnen hoy en la ciudad eterna para discutir de política internacional, como es tradicional una vez por semestre. Los españoles y portugueses asistirán esta tarde a una cena con la troika (la presidencia saliente vigente y entrante de la CEE, es decir, Irlanda, Italia y Luxemburgo) en la que participará también el comisario encargado de la ampliación, Lorenzo Natali.

La Comisión Europea presentó ayer las propuestas globales de compromiso a los técnicos de los diez. El miércoles y el jueves las examinarán los embajadores de los países miembros en Bruselas antes de la reunión ministerial que se celebrará en la capital belga el lunes, martes, y posiblemente miércoles, de la próxima semana.En agricultura, en lo referente a los productos continentales en los que España es menos competitiva, la comisión propone que los diez acepten incluir, además de los productos lácteos y la carne bovina entre los sectores que España quiere proteger, el queso y el trigo panificable. Estas propuestas, sin embargo, no incluyen como sensibles la leche en conserva o en polvo, lo cual constituiría un auténtico coladero para productos como la mantequilla o el queso derivados de éstos. España tendría la garantía durante cuatro años después de la adhesión de que la lista de estos productos sensibles no variaría. En el terreno comercial estos productos se verían sometidos a un régimen de intercambio mixto entre los contingentes que pedía España y los balances que ofrecía la comunidad.

La única apertura en frutas y hortalizas es la de ofrecer un desarme arancelario a nuestras exportaciones hacia la Comunidad de siete años en vez de 10. Este desarme se aplicaría a los productos que ya gozan de alguna preferencia, incluidos los cítricos. Pero nada más. Y se mantiene el sistema de una primera etapa de cuatro años para el conjunto del sector.

La Comisión sugiere, en vez de la congelación durante un primer período de los precios del aceite de oliva en España, una alineación progresiva, si bien más lenta, justamente en estos dos primeros años. Se trata de evitar. así que los costes de los excedentes graven excesivamente al erario comunitario.

Vino y pesca

En materia vinícola, se aplicaría el Acuerdo de Dublín. Es decir, que la base de referencia para la producción española de vino de mesa sería la de la media de los tres últimos años, años malos para España, que pedía que se hiciera la media de los tres mejores de los cinco últimos años. Pequeña apertura es que en vez de aplicar montantes compensatorios que gravarían nuestras exportaciones de vino hacia los diez se aplicarían otros mecanismos correctores menos duros. En cuanto al azúcar, la comisión propone para España una cuota de 80.000 toneladas de producción de isoglucosa.

En pesca, la Comisión propone un período transitorio de siete años, sí España respeta las garantías que ha dado sobre el número de barcos que faenarían en aguas de los diez, limitación de caladeros y especies. En cualquier caso, según estas fuentes, el número de especies accesibles a España en aguas de los diez es menor que el que pedía la parte española. Si los pescadores españoles no respetaran las garantías de autolimitación en aguas de la CEE, el período transitorio quedaría ampliado en ocho años más. Todo ello va ligado a un plan de reestructuración de la flota pesquera española, para el cual, en concepto de ayuda de preadhesión, España recibiría 3.565 millones de pesetas para el desguace de barcos.

En asuntos sociales hay "algunas aperturas, pero es la RFA la que se va a resistir", señalaron fuentes comunitarias.

En todo caso, el documento de compromiso podría quedar enmendado por los diez. Pero de no endurecerse, declararon fuentes españolas al comentar a este corresponsal las grandes líneas de este paquete, "se puede ver el principio del fin".

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