_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Las leyes

Tenemos una gente de leyes en este país sumamente curiosa, y si insisto en situarla en este país es porque en el extranjero, de gendarme para arriba, el mundo de la ley me es totalmente desconocido. A raíz del espectacular destape del escándalo de la fuga de capitales, han abundado los juristas y economistas que han culpado a la estrechez de la ley de toda la responsabilidad en la operación de evadir capitales. Es probable que la ley sea estrecha para que cualquier español pueda comprarse un cantón suizo o una isla griega a la luz del día, pero la estrechez de la ley en materia de evasión de dinero negro y de sistemáticos intentos de descapitalizar la democracia española me parece una de las pocas estrecheces loables que quedan en España.Tal vez en la respuesta de algunos eminentes profesionales haya pesado la largada sombra sonora de aquel salvaje refrán: "Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, ponlas tuyas a remojar", o simplemente se les ha relajado el esfínter del corporativismo y han puesto perdidas las ondas hertzianas y las primeras páginas de falsa conciencia sobre la cuestión. Más lógico sería que se estudiaran todas las necesidades reales de exportación de capital, desde las inversiones en el extranjero hasta la compra de cantones e islas y que se abriera un nuevo capítulo sobre la Evasión social de divisas para la supervivencia.

Las derechas evaden cuando avanzan las izquierdas, luego dan un golpe y si se sienten seguras repatrian el capital. En cambio, a las izquierdas, los golpes de Estado las pillan sin un duro, e históricamente han tenido que elegir entre el paredón o el exilio a la sombra de todos los guardianes senegaleses de este mundo.

Una Evasión social de divisas para supervivientes a cargo de la Seguridad Social permitiría que cuando los evasores tradicionales den el golpe y vengan a por nosotros, podamos cruzar la frontera y gozar en Suiza o donde sea de una digna jubilación histórica y geográfica. No quisiera contribuir con esta idea a la progresiva ruina de la Seguridad Social. Esta partida podríamos pagarla a medias las víctimas y los verdugos. Así nosotros salvamos la piel y ellos salvan la cara.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_