Rivales de Jaruzelski en el POUP, probables instigadores del asesinato de Popielusko
El sinfín de cabos sueltos y declaraciones contradictorias de los acusados y testigos del proceso de Torun por el asesinato del sacerdote Jerzy Popieluszko ha desencadenado en Polonia toda una serie de especulaciones, interpretaciones e intoxicaciones informativas, que van desde los que atribuyen la inspiración del crimen a los "centros de subversión occidentales" hasta los que piensan en el KGB soviético. La hipótesis más coherente y verosímil apunta a que los cuatro acusados fueron instigados al delito contra el sacerdote por el sector del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) opuesto a la línea del general Wojciech Jaruzelski, con el propósito de debilitar la posición del actual equipo dirigente.
Leszek Pekala, 32 años, y Waldemar Chimielewski, 29 años, ex tenientes de los servicios secretos, acusados del asesinato del sacerdote Jerzy Popieluszko, para quienes el fiscal pide 25 años de cárcel, pronunciaron ayer sus últimas palabras, antes de que se dicte sentencia, en medio de sollozos y convulsiones que obligaron a interrumpir momentáneamente el proceso. La sentencia se dará a conocer mañana, a las dos de la tarde, en Torun.El principal acusado, ex capitán Grzegorz Piotrowski, de 33 años, al que amenaza la pena de muerte, se negó a pedir clemencia para él. Dijo que lo ocurrido fue un accidente terrible y expuso sus convicciones comunistas. La abogada del coronel degradado Adam Pietruszka, de 46 años, pidió la absolución de su defendido, para quien el fiscal reclama 25 años de cárcel.
Según el cura Stanislaw Malkowski, amigo de Popieluszko, a quien el primado cardenal Jozef Glemp ha prohibido predicar, el asesinato de Popieluszko ha sido nada menos que "un regalo de cumpleaños al ministro del Interior", general Czeslaw Kiszczak, que cumplió, 52 años el mismo día del crimen. Según Malkowski, Popieluszko fue sacrificado "como el Bautista, cuando entregaron su cabeza a Herodes".
El fiscal del proceso de Torun, Leszek Pietrasinski, mencionó claramente la posibilidad de que el principal acusado en el proceso, el ex capitán Piotrowski, estuviese en combinación con elementos "subversivos" residentes en la República Federal de Alemania. El abogadode la madre de Popieluszko, Jan Olszewski, replicó en su intervención a las palabras del fiscal cuando dijo que, si hubo un intento desestabilizador desde el exterior, hasta los niños de escuela saben en Polonia por la historia quién tuvo siempre interés en debilitar al país. Esto significaba una clara referencia a la URSS.
No faltan los que argumentan que el proceso ha servido, para fortalecer a Wojciech Jaruzelski y, "por consiguiente, todo ha sido un plan perfecto, desde el poder, para desembarazarse de los duros y realizar una purga en el Ministerio del Interior".
Ninguna de las interpretaciones que circulan por Polonia, y cada fuente presenta una variante distinta, encaja perfectamente. Todas dejan cabos sueltos.
Ocho puntos
Los hechos que se pueden constatar, cuando el proceso llega a su fin, son los siguientes:
1. En el banquillo de Torun se sientan los ejecutores materiales y un instigador, el subjefe de departamento, coronel Adam Pietruszka, pero las ramificaciones del caso llegan sin duda más arriba, fuera del Ministerio del Interior.
2. El asesinato se realizó cuando Jaruzelski había conseguido estabilizar la situación de Polonia. Comenzaban a reanudarse las relaciones con los países occidentales y el diálogo con la Iglesia iba por buen camino.
3. Los autores del crimen actuaron con una evidente falta de recursos y capacidad, pero al mismo tiempo, de forma provocadora y convencidos de su impunidad.
4. La provocación queda rota desde el momento en que la dirección del Gobierno y el partido, concretamente JaruzeIski y su ministro del Interior, general Kiszczak, decidieron comparecer ante la opinión pública, denunciar a los autores ante las cámaras de la televisión y después sentarlos en el banquillo de los acusados.
5. El comité central del POUP aprobó públicamente a Kiszczak y condenó al control del partido sobre el Ministerio del Interior, que corría a cargo del general Miroslaw Milewski (56 años), adversario del ministro del Interior y considerado representante del ala dura del POUP.
6. Además de los acusados de Torun, en el Ministerio del Interior fue destituido en sus funciones, por negligencia en el control del servicio, el general Zenon Platek (58 años), director del departamento encargado de la vigilancia de la Iglesia, donde trabajaban los presuntos asesinos.
7. En el Politburó, Milewski fue relevado de sus funciones de control sobre el Ministerio del Interior, que fueron asumidas personalmente por Jaruzelski. Desde primeros de enero, Milewski no asiste a las reuniones del Politburó. El portavoz del Gobierno polaco, el ministro Jerzy Urban, no desmintió ayer ante los corresponsales acreditados en Varsovia esta información.
8. Adam Pietruszka, el ex coronel acusado en Torun como el instigador más alto, inició su trabajo en el Ministerio cuando Milewski era viceministro. Pietruszka, un policía de Szczecin, fue trasladado en 1975 a Varsovia y nombrado subjefe de sección. El ascenso de Pietruszka a subdirector de departamento, cargo que ocupaba cuando el asesinato de Popieluszko, ocurrió en 1980, en el breve período de tiempo en que Milewski estuvo al frente del Ministerio.
Ante esta serie de hechos se podría aventurar una hipótesis, con un mínimo de coherencia, según la cual, Pietruszka recibe una indicación "de arriba" de poner fin a las actividades de Popieluszko o "dar un escarmiento a ese cura". Una indicación que se da en un clima contrario al joven sacerdote, que había sido duramente atacado en un artículo, de Jan Rem, seudónimo del portavoz de Gobierno, Jerzy Urban, que le calificó, entre otras cosas, de 'Savonarola del anticomunismo" y le acusó de predicar el odio. Pietruszka encarga la misión contra el cura a Piotrowski, el prototipo del policía secreto lleno de odio contra los enemigos del régimen y frustrado porque no le dejan actuar y los políticos destruyen su trabajo. Los términos de la orden de Pietruszka no están claros, según lo declarado en el proceso. Se trata de dar un escarmiento al cura, y si le falla el corazón, "mala suerte por tener lo tan débil".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.