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NUEVA ETAPA EN EL CONTENCIOSO DE GIBRALTAR

El Reino Unido pide a España que entregue por escrito sus propuestas para recuperar la soberanía del Peñón

El ministro de Asuntos Exteriores británico, Geoffrey Howe, solicitó ayer a su homólogo español, Fernando Morán, que le envíe por escrito y mediante conducto diplomático las fórmulas que la representación española expuso ayer verbalmente para la futura retrocesión a España de la soberanía sobre el peñón de Gibraltar. Según informó posteriormente Morán a los periodistas españoles, el envío será efectuado en los próximos, días. El ministro español se mostraba ayer optimista por los resultados alcanzados en la primera jornada de las conversaciones hispano-británicas que se desarrollan en Ginebra (Suiza) sobre la soberanía de la Roca, aunque reconocía, al mismo tiempo, que las negociaciones serán largas y complicadas".

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Morán y Howe se reunieron a solas a las nueve de la mañana de ayer, antes de comenzar las sesiones plenarias de ambas delegaciones. Fue durante esta reunión cuando Morán expuso a Howe las diversas variantes que, a su juicio, pueden jugarse para la devolución a España del Peñón.Según explicó el propio Morán, no existe un plan detallado y con fechas, sino una serie de "ideas" que coinciden en que estarían prologadas por un período transitorio al final del cual la Roca volvería a ser de soberanía española.

Morán no quiso explicar qué variantes se manejaban para este período transitorio, excusándose de decirlas en razones de cortesía hacia su homólogo, que hasta dentro de unos días no recibirá una información completa del Gobierno español mediante los canales diplomáticos.

Sin embargo, fuentes diplomáticas españolas aseguran que las ideas manejadas por el Gobierno para ese período transitorio consisten en el establecimiento de un arrendamiento con fecha de caducidad -similar al acuerdo chino-británico sobre los nuevos territorios de Hong-Kong- o un condominio (soberanía compartida por ambos países).

Ayuda de esquemas

Cuando, a solas, Morán expuso a Howe estas variantes, se ayudó de un detallado esquema para no apartarse de sus previsiones. El ministro de Asuntos Exteriores español ha interpretado favorablemente la petición británica de que España amplíe y formalice sus propuestas, porque considera que los británicos no tenían tiempo ayer para ofrecer una respuesta.

El hecho de que los británicos no hayan rechazado las variantes españolas para la devolución de Gibraltar era una de las razones en las que se basaba, el optimismo de Morán, según reconoció él mismo. El ministro consideró también especialmente el que por vez primera se hablase de soberanía.

En la exposición hecha en el pleno de las delegaciones, Fernando Morán citó las razones por las que España reivindica Gibraltar. Su exposición abundó en los puntos de vista clásicos defendidos por la diplomacia española desde hace un cuarto de siglo.

El istmo y la Roca

En su exposición, Morán distinguió entre el istmo -que España considera ilegalmente usurpado- y la Roca, cedida por el tratado de Utrecht, texto que España califica de "desfasado y desigual".

En la conferencia de prensa celebrada ayer tras las conversaciones, Morán opinó sobre las tesis elaboradas en su momento por su antecesor Fernando María Castiella, impulsor de la reivindicación de Gibraltar en los años sesenta, durante la dictadura franquista.

Fernando Morán afirmó aceptar los argumentos recogidos en los dos libros rojos elaborados por Castiella, que, según él, son correctos jurídicamente y "no han sido contestados".

Sin embargo, el ministro español de Asuntos Exteriores reconoció que las medidas adoptadas en aquel momento, que impusieron el cierre completo de la verja, produjeron "el extrañamiento" entre las poblaciones de Gibraltar y el Campo de Gibraltar.

Por su parte, Howe declaró en conferencia de prensa celebrada por separado que su propósito es aplicar las declaraciones de Lisboa, de agosto de 1980, y de Bruselas, de noviembre de 1984, tratar de solventar las diferencias existentes con España y reactivar la cooperación.

En sus reuniones de ayer, las delegaciones británica y española establecieron los grupos de trabajo que se dedicarán a desarrollar los campos de cooperación previstos en la declaración de Bruselas. La primera comisión -dedicada al tráfico aéreo- empezará sus sesiones este mismo mes en Madrid. Luego, se irán formando las comisiones para la cooperación económica, cultural, turística, de medio ambiente y transporte.

Cooperación militar

Por lo que respecta a la cooperación militar -prevista también en la declaración de Bruselas- tanto Howe como Morán coincidieron en manifestar ayer que ese asunto no se llegó a tocar en estas primeras conversaciones sobre Gibraltar. "No le hemos dedicado ni un solo minuto", dijo Morán.

Como estaba previsto, las cuestiones de soberanía se tratarán por los conductos diplomáticos ordinarios, mediante los embajadores de España en Londres y del Reino Unido en Madrid. Actuarán como coordinadores los directores generales de Europa de los ministerio de Asuntos Exteriores de ambos países, Mariano Berdejo y Michael Jenkins.

A un tercer nivel, los ministros de Exteriores se han comprometido a celebrar una reunión al año, en Madrid o Londres, para hablar de Gibraltar y otros problemas bilaterales, lo que no impedirá que aborden también ese asunto cuando coincidan en otros países o foros internacionales. Previsiblemente, la próxima reunión Morán-Howe se producirá en Madrid, como devolución de la visita que el ministro español hizo a la capital británica a comienzos de 1983, según anunció ayer el propio Morán.

La Constitución de Gibraltar, como límite

F. B.Las susceptibilidades de los gibraltareños obligaban ayer a que diplomáticos españoles y británicos midiesen sus lenguajes en Ginebra. Fernando Morán llegó, incluso, a piropear la capacidad profesional de uno de los más prestigiosos periodistas gibraltareños, Joe García, cuando éste le planteó una pregunta en conferencia de prensa.

El primer ministro gibraltareño Joshua Hassan figuraba en la delegación británica como número tres, detrás del ministro de Asuntos Exteriores y del embajador del Reino Unido en Madrid.

Hassan se negó a contestar en castellano a una emisora de radio española que le pidió que así lo hiciera y reconoció durante la conferencia de prensa que ofreció junto a Geoffrey Howe que le gustaría figurar como tercera parte, con rango de igualdad, en las negociaciones sobre Gibraltar.

Morán, por su parte, insistió en que tiene "muy en cuenta" los deseos de los gibraltareños, aunque aclaró que éstos no tienen derecho a la autodeterminación, según el tratado de Utrecht y las resoluciones de las Naciones Unidas.

"Es evidente", afirmó Morán, "que toda solución del problema de Gibraltar que hiera los sentimientos de los gibraltareños sería un mal negocio histórico".

Los británicos, por su parte, tanto oficialmente como oficiosamente, exhibían el texto del preámbulo de la Constitución de Gibraltar, como límite de la retrocesión de su colonia a España.

Este texto legal gibraltareño afirma que el Reino Unido no aceptará nunca acuerdos por los que Gibraltar pase a la soberanía de otro Estado en contra de la voluntad, libremente y democráticamente expresada, de su población.

Hassan, pensando quizá en su clientela política en el Peñón, no fue menos optimista que Morán y Howe y consideró que el balance de las conversaciones era "tranquilo y positivo" tanto para los gibraltareños, como para los habitantes del Campo de Gibraltar.

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