_
_
_
_
Entrevista:

Ricardo Bofill: "El clasicismo-moderno tiene elementos recuperables que permiten su industrialización"

El arquitecto catalán Ricardo Bofill declaró ayer. "La modernización del país no aparece por ningún lado", sobre todo en los aspectos del urbanismo, donde "los edificios se fábrican artesanalmente". El paso de la artesanía a la tercera revolución industrial fue desarrollado en el Club Siglo XXI, de Madrid, en su conferencia Clasicismo y tecnología en arquitectura y urbanismo. Bofill, de 45 años, pendiente de próximos proyectos en Estados Unidos y China Popular, opina que su actual trabajo, el clasicismo moderno, "tiene elementos recuperables y útiles que permiten su industrialización".

Ricardo Bofill, presentado por Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS, intervino ayer en el ciclo Las nuevas ideas, del Club Siglo XXI, donde habló de clasicismo y tecnología. "Bofill siempre me ha parecido un moderno absoluto" -dijo Juan Luis Cebrián-, "un hombre de su tiempo, un habitante del mundo, capaz de crear y condicionar el futuro, imposible sin un anclaje serio en los valores de la tradición". Y añadió en otro momento: "No hay modernidad sin tolerancia, y una buena manera de modernizar a España es incorporar a personas e instituciones que fueron negadas por la intolerancia"."La modernización no está en marcha", dijo en su intervención Ricardo Bofill. Aunque admite las buenas intenciones de los políticos y sus dificultades, la consolidación de la democracia tras 40 años de retraso, la actitud de los intelectuales y la falta de alternativa, Bofill quiere, sobre todo, "que las cosas funcionen como en Europa, a base de preparación y gestión". "En urbanismo, viviendas, barrios", manifestó, "se hace poco o casi nada. Se podían construir viviendas sociales y recuperar los barrios, con fórmulas experimentadas ya en otros países".

Clasicismo y tecnología son conceptos que definen el actual trabajo de Bofill. "Según el diccionario, clasicismo se identifica con arcaismo,", declaró el arquitecto, "como una vuelta al pasado. También quiere decir sentido de la permanencia en el arte. La obra de arte en esta década pasa de ser necesariamente una idea de consumo o un hecho coyuntural para convertirse en una obra que trasciende a la vida de una persona o un suceso histórico. Clasicismo es sentido de las proporciones, recuperar sistemas armónicos que ponen en relación al hombre con los elementos fisicos, como ocurrió en la antigüedad, Grecia y el renacimiento. La tecnología, o la utilización de los sistemas técnicos, no sólo se refiere a los materiales de construcción. Es el uso de las nuevas tecnologías para la fabricación de edificios y barrios".

Al decir que no existe en Espa¡la una industria de la construcción -"estamos en la artesanía"-, Bofill afirma que si este método artesanal es viable para hacer sedes de bancos en la Castellana, no sirve para realizar barrios o viviendas sociales.

En España, opina el arquitecto, no hay mentalidad para la industrialización de la construcción y menos para la utilización de la tecnología de los ordenadores para proyectar, concebir y fabricar. "Es un problema de escuela. Trabajar con la inteligencia artificial, los ordenadores, pasa antes por la superación de la artesanía por la industria".

Estas diferencias y la falta de una "voluntad política y técnica fuerte" hacen decir a Bofill: "Tengo la impresión de que estoy trabajando en Europa y aquí es muy difícil". Con su multinacional Taller de Arquitectura, con sedes en Barcelona y París, extiende su trabajo a diferentes culturas. Según Bofill, tienen proyectos en España, Francia, Estocolmo, África y Oriente Medio. En la actualidad existen contactos para trabajos en Estados Unidos, "que me interesan especialmente", y en China Popular. En junio se inaugura una exposición en el MOMA de Nueva York.

Comprar el estilo

"Los norteamericanos" -explica Bofill- "se interesan únicamente por el estilo. No nos llaman ni por la técnica ni para solucionar problemas de tipo social. Soy un arquitecto que hace un determinado estilo y quieren este estilo, hasta el punto de que quieren comprar los planos de los edificios construidos, como antes se querían llevar las iglesias románicas enteras. El caso de China Popular es distinto. Tienen un sistema industrial caduco, un sistema de prefabricados pesado, vendido por los rusos hace 20 años que a su vez compraron a los franceses, y, con este sistema construyen dos millones y medio de viviendas al año. Quieren modificar el sistema tecnológico, les interesa los temas sociales, económicos y técnicos, no el estilo".

Bofill contempla el proceso de la arquitectura contemporánea como una búsqueda de la vanguardia. Pertenece al movimiento posmoderno, surgido, según explica, de la reacción frente a la arquitectura internacional de los países industriales, con modelos aplicables a cualquier cultura. "El posmoderno rompe con esta hegemonía cultural y hay que hacer un esfuerzo para adaptar modelos a culturas distintas, teniendo en cuenta el lugar y la historia. En la situación actual hay dos tendencias: una, más anglosajona, basada en la alta tecnología, la arquitectura del vidrio y del acero; otra, historicista, a la que pertenezco, donde la búsqueda de los originales termina en el clasicismo".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_