Los europeos, dispuestos a colaborar con EE UU en la aventura del espacio

Los 11 países miembros de la Agencia Espacial Europea (AEE) alcanzaron ayer un principio de acuerdo sobre el programa espacial europeo para los próximos 10 años y sobre la cooperación con Estados Unidos en la construcción de una estación espacial permanente, aunque la votación formal de los ministros reunidos en Roma no se producirá hasta hoy.El director general de la AEE, el alemán occidental Rainer Lüst, se mostró optimista sobre los objetivos de la reunión al término del primer día de sesiones. Lüst señaló, sin embargo, que todavía no se ha tomado la decisión sobre el proyecto francés de avión orbital, Hermes. Expresó su opinión de que se aprobará un aumento de un 5% en el presupuesto destinado a los gastos generales y el programa científico de la AEE.

En el tema de la política industrial, Last adelantó que probablemente se cambiarán los estatutos, de forma que el retorno industrial mínimo que pueda alcanzar un país miembro sea del 90% o 95% de su aportación a la AEE. En la actualidad este porcentaje mínimo está fijado en el 80%.

Por su parte, el ministro italiano de Ciencia y Tecnología, Luigi Granelli, señaló ayer que Europa debe tener criterios muy claros sobre su posible participación en la estación espacial permanente propuesta por EE UU antes de iniciar las negociaciones para la participación en este proyecto.

La conferencia se celebra durante dos días en una villa renacentista en las afueras de Roma, rodeada por fuertes medidas de seguridad. Asisten los ministros encargados del sector espacial de los países miembros de la AEE, así como de los tres países asociados a esta organización europea. Son países miembros de la AEE Bélgica, Dinamarca, Francia, Irlanda, Italia, la República Federal de Alemania, Holanda, España, Suecia, Suiza y el Reino Unido. Son países asociados Austria, Noruega y Canadá.

Encabeza la delegación española el ministro de Defensa, Narcís Serra, y le acompañan altos cargos de los ministerios de Asuntos Exteriores, Economía y Hacienda, e Industria y Energía, entre ellos Joan Majó, director general de Electrónica e Informática. Serra, que tiene previsto entrevistarse hoy con su colega italiano, Spadolini, es el único ministro de Defensa presente en la reunión, ya que en el resto de los países la cooperación espacial se encuentra adscrita a ministerios civiles.

Carácter pacífico

El carácter pacífico de los proyectos espaciales fue subrayado por Granelli, al señalar que "el deseo explícito de paz" constituye una frontera infranqueable para las actividades de la AEE. El Gobierno español tiene el proyecto de traspasar en breve plazo las competencias del sector espacial a otro ministerio.La independencia europea en el pacto espacial constituye una necesidad, afirmó Granelli, quien ha jugado un papel fundamental en la gestación de la reunión ministerial, la primera de este nivel que se celebra desde 1977. Para que Europa sea independiente, dijo Granelli, es preciso que cuente con un programa espacial para los próximos 10 años, que deben aprobar los ministros, que comprenda la tecnología necesaria para la construcción de estaciones espaciales, la capacidad de desarrollar lanzadores más potentes, la investigación científica en el espacio y, finalmente, el desarrollo de vehículos tripulados espaciales.

Éstas son, de hecho, las principales propuestas presentadas a los ministros europeos. En el caso de que se aprueben, el programa para los próximos 10 años necesitaría una financiación de 1,7 billones de pesetas, que cubrirán los países miembros.

En el campo de la cooperación con Estados Unidos en la estación propuesta para ser lanzada en 1992, coincidiendo con el quinto centenario del descubrimiento de América, los países europeos quieren negociar unas condiciones que garanticen una cierta autonomía a Europa. Existe el peligro, denunciado especialmente por Francia, de que EE UU utilice la aportación financiera y técnica de la AEE para su propio prestigio en el campo espacial. Washington viene ejerciendo presiones políticas sobre sus aliados europeos para que den el visto bueno a esta participación.