Nikolai Basov y Ángel Goñi Jordán, doctores 'honoris causa' por la Politécnica

El físico soviético Nikolai Ganadievich Basov y el ingeniero estadounidense de origen español Angel Goñi Jordán recibieron ayer la investidura de doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en un acto presidido por el ministro de Educación y Ciencia, José Antonio Maravall. Al acto asistieron también el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Ángel Liberal, y los embajadores de Estados Unidos y de la Unión Soviética.Basov es actualmente uno de los científicos más prestigiosos del mundo, señaló durante el acto el rector de la Universidad Politécnica de Madrid, Rafael Portaencasa. Recibió el Premio Nobel de Física en 1964 por sus investigaciones que condujeron al descubrimiento del rayo láser. Basov se refirió, en su discurso de aceptación del doctorado a los riesgos de la carrera armamentista. Dijo que las armas nucleares existentes hoy son suficientes para acabar con todo vestigio de vida sobre el planeta. Por eso, el Gobierno soviético, afirmó, considera como una de sus tareas más importantes salvaguardar la paz en la tierra y mejorar el clima entre las superpotencias.

Jordán, ingeniero electrónico, es director del Instituto Carnegie de Tecnología y ha sido seleccionado por el Gobierno de Estados Unidos para la creación de un instituto de la ingeniería software, para el desarrollo de las necesidades del Departamento de Defensa. Nació en Pamplona y se dioctoró por la Universidad de Zaragoza en 1952. En la actualidad es uno de los científicos más importantes de Estados unidos, donde se nacionalizó, en la investigación de circuitos integrados, microelectrónica, física del estado sólido y distintas aplicaciones de la informática.

En el mismo acto académico, celebrado en la festividad de Santo Tomás de Aquino, se procedió también a la entrega de medallas y premios de la UPM y a la investidura de los nuevos doctores de la universidad. Les fueron entregadas medallas de oro de la universidad al almirante Faustino Rubalcabe y al contralmirante Salgado, por el importante papel jugado en el proceso de colaboración entre las Fuerzas Armadas y la universidad.