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Noruega, una nacion con la segunda renta 'per capita' del mundo propiciada por el petróleo del mar del Norte

Pocos países del mundo pueden decir que su actual situación económica es mejor de la que tenían hace 10 o 12 años, cuando comenzó la crisis que ha asolado a ricos y pobres. Noruega, hasta la década de los setenta, era un país del montón, a la cola de los otros países nórdicos y con unos recursos procedentes primordialmente del comercio marítimo y la pesca. La industria era incipiente y en consecuencia no había por delante un futuro muy brillante. De pronto, se produjo el milagro. Apareció petróleo en el mar del Norte, y, para colmo, este descubrimiento coincidió con la escalada vertiginosa del precio del crudo.

Ahora Noruega tiene la segunda renta per cápita alta del mundo, detrás de Suiza y exceptuados los países petroleros del Golfo, y un problema fundamental: qué hacer con tanto dinero. "A principios de siglo éramos el más pobre de Europa y hace 150 años estabamos a la altura de lo que hoy es Bangladesh", comenta un periodista de Oslo. Hoy, en cambio, la situación está en las Antípodas, y Noruega nada en la abundancia teórica.El petróleo, un fenómeno desconocido hace 15 años, mediatiza absolutamente a la economía noruega. Supone aproximadamente el 15% de su producto nacional bruto, el 30% de las exportaciones y el 30% de los ingresos fiscales del Estado. Gracias al petróleo, la balanza de pagos es positiva para el país desde 1983 y Noruega se ha convertido en una nación que carece de deuda exterior y cuenta con reservas suficientes para seis meses de importaciones.

Esta maná, sin embargo, es contemplado con reserva por las autoridades, que temen que llegue a producir un desequilibrio de todo el sistema. Sólo el 2% de la población activa noruega trabaja en el sector del petróleo y ello ya ha hecho perder competitividad a la industria tradicional que, por un reflejo del boom del petróleo, ha tenido que incrementar sus salarios hasta extremos que hacen muy dificil competir en el exterior.

Qué hacer con el dinero

El debate nacional en Noruega se centra ahora en que uso hacer de las rentas que deja el petróleo. Se está estudiando la posibilidad de crear un fondo especial en el que se recogería ese exceso de liquidez con el propósito de recurrir a él para equilibrar el presupuesto en función de los planes de cada año. El Gobierno también ha decidido permitir al banco central colocar fondos en la banca privada con el fin de estimular su presencia en los mercados internacionales y para que pueda apoyar la prevista salida al exterior de la industria noruega."Con el actual nivel de salarios, el trabajador medio en Noruega gana unos 2,5 millones de pesetas netos al año, aunque sobre esa cantidad sufre una presión fiscal de un 30%. Cuesta mucho la producción, por lo que se va a salir al exterior para ganar competitividad", señala Kjell Gronn, director del Consejo Noruego de Exportación. El Gobierno está potenciando la instalación de la industria noruega en los países del sureste asiático, donde se puede producir a precios competitivos.

1985 ha sido declarado año de la internacionalización de la industria noruega y se van a hacer esfuerzos para incrementar la relación con los países nórdicos, Reino Unido, Estados Unidos y Japón en lo relativo a la industria avanzada. Se va a exportar a los países del sureste asiático tecnología relacionada con la industria convencional; y con China, país que acaba de visitar el primer ministro, Kaare Willoch, se pretende llegar a acuerdos en el campo de la explotación petrolífera.

El tradicional sector de la construcción naval también se ha visto afectado por la crisis que sacude a los astilleros de Europa. Su reconversión, sin embargo, ha sido fácil y nada traumática al transformarse en función de las necesidades de la industria petrolera: barcos y plataformas.

La informática noruega también vive momentos de euforia. La estrecha relación entre Universidad e industria ha favorecido el desarrollo de firmas tales como Norsk Data, que acaba de firmar un plan de colaboración con la francesa Matra, mientras que Tan Oberg Dataque acaba de establecerse en Estados Unidos.

Pero de todas las industrias noruegas llama la atención el caso de Norsk Hydro, que presenta un asombroso paralelismo con la historia del país. Al finalizar la Il guerra mundial, el Estado se convierte en socio mayoritario de la firma y a finales de los años 70 se hace con el 51 % del capital, aunque funciona como empresa privada. Norsk Hydro, primer fabricante mundial de fertilizantes, también trabaja en el sector petroquímico, afectado por una dura recesión en los 70.

La política gubernamental ha conseguido que el año pasado la inflación no llegará al 6%, frente al 15% que existía en 1981, al ganar los conservadores los comicios. Esta política, sin embargo, ha hecho que el paro se duplicara y ronde ahora el 4%, circunstancia políticamente muy onerosa, lo que ha llevado al Gobierno de Kaare Willoch a presentar para 1985 un presupuesto ligeramente expansivo con el que pretende reducir en 20.000 el número de parados, que actualmente es de 60.000.

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