Juan Pablo II convoca un sínodo extraordinario

Juan Pablo II ha sorprendido ayer tarde a la opinión pública mundial convocando un sínodo general extraordinario de obispos para hacer una revisión a fondo del Concilio Vaticano II, a los 20 años de su promulgación por Juan XXIII.La noticia la dio el propio papa Wojtyla de forma solemne en el mismo lugar -la basílica de San Pablo- y el mismo día -el 25 de enero- en que Juan XXIII había también sorprendido al mundo anunciando el Concilio Vaticano II, que fue clausurado por Pablo VI el 8 de diciembre de 1965. Juan Pablo II hizo ayer el anuncio durante una misa celebrada precisamente para conmemorar el aniversario del anuncio del concilio.

En el sínodo extraordinario, que tendrá lugar del 25 de noviembre al 8 de diciembre próximos, participarán todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo y los patriarcas y arzobispos de algunas Iglesias orientales.

En realidad, se había rumoreado ya, y este periódico lo había adelantado hace sólo unas semanas, que el papa Juan Pablo II estaba preparando una iniciativa a nivel mundial para hacer una revisión del Concilio. Se había llegado incluso a establecer la posibilidad de promulgar un nuevo concilio, el Vaticano III, para salir al encuentro de lo que el cardenal Joseph Ratzinger ha llamado recientemente "los frutos negativos del Vaticano II".

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El cardenal Ratzinger, en una entrevista había llegado incluso a decir que los resultados del último concilio habían sido en la Iglesia decididamente contraproducentes y había hablado incluso de la necesidad de una "restauración" de la Iglesia.

Juan Pablo II ha visto que los tiempos para la promulgación de un nuevo Concilio no están quizá aún maduros. Y ha preferido convocar, por el momento, sólo un sínodo general extraordinario. Y ha sido más prudente que el cardenal Ratzinger, ya que no ha pronunciado la palabra reforma ni restauración.

Según el papa Wojtyla, el sínodo extraordinario tendrá como finalidad el intercambio y profundización de experiencias y noticias acerca de la aplicación del Concilio Vaticano II a 20 años de distancia de su clausura, a nivel de Iglesia universal y de iglesias locales. Servirá para hacer un examen del concilio "a la luz de las nuevas experiencias".

Las primeras reacciones ayer en Roma fueron primero de gran sorpresa, y después, de confirmación de que este Papa y sus consejeros más íntimos consideran en realidad acabada la experiencia del Vaticano II y quieren empezar una página nueva de revisión. No es, en efecto, ningún misterio que ya durante el Concilio, el entonces cardenal Karol Wojtyla había estado de la parte del llamado grupo pesimista, que consideraba los documentos promulgados por el Concilio demasiado impregnados de "optimismo existencial".