El 'Discovery" inicia la primera misión militar y secreta en el espacio
El transbordador espacial norteamericano Discovery inició ayer, con 24 horas de retraso, su primera misión militar y secreta en el espacio. El lanzamiento, cuya hora se mantuvo en secreto, se produjo a las 19.50, hora promedio de Greenwich (20.50, hora peninsular). Los objetivos de la misión se mantienen en secreto, aunque la Prensa ha revelado que uno de ellos es colocar en órbita un satélite espía para captar las comunicaciones de la Unión Soviética. El Pentágono se ha negado a confirmar o desmentir estas informaciones y mantiene en secreto incluso la duración del vuelo, a fin de no facilitar la tarea de seguimiento a los militares soviéticos.
El satélite que el transbordador colocará en órbita, según las informaciones de Prensa, es del tipo Sigint (señales de inteligencia, en la jerga militar), pesa cerca de 15 toneladas y tiene un coste estimado de 350 millones de dólares. Algunos expertos consideran que esta misión puede ayudar indirectamente a verificar si la Unión Soviética respeta los acuerdos de limitación de armamento estratégico (SALT) firmados con Washington.El retraso en el lanzamiento se debió a las bajas temperaturas que se han registrado en la península de Florida en los últimos días, y que cubrieron con una espesa capa de hielo la superficie del tanque de combustible. Los especialistas de la agencia espacial temían que la capa de hielo se resquebrajase a causa de la intensa vibración generada por el despegue y que los bloques de hielo desprendidos dañasen las losetas de cerámica que cubren el fuselaje de la nave.
La Unión Soviética, sin embargo, ha criticado esta misión militar del transbordador calificándola de nuevo paso de la Administración Reagan en la militarización del espacio. La URS S, sin embargo, utiliza su estación orbital permanente Saliut con fines militares. La URSS ha puesto también en marcha un programa de satélites-asesinos, destinados a destruir satélites de países enemigos.
La misión militar del Discovery está a las órdenes del comandante de la Armada Thomas Mattingly, veterano del programa Apolo, que participó en otro vuelo del transbordador Columbia. El resto de la tripulación también está formado por oficiales de las fuerzas armadas.
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