Las oposiciones
Quizá la opinión pública se haya visto sorprendida por el reciente suceso del aspirante a notario que quiso acabar con el tribunal y que acabó con su vida. Pretender innovar o abolir tal sistema es una utopía, pero aprovecho como eterna opositora que soy para denunciar esta forma de tortura fisica, pero sobre todo psíquica a la que nos vemos sometidos para acabar siendo pasto de psiquiatras en el mejor de los casos.No deja de ser curiosa la selección empleada por este sistema, al que, por lo visto, no le interesan mentes sanas e imaginativas, sino esclerosadas, saturadas de tedío y paranoicas de tanto renglón absurdo. El buen opositor de hoy debe quemar sus días y noches engullendo folios y más folios hasta conseguir el grado suficiente de mente computadora y anulada, que después de todo es la que le interesa al sistema: dan menos problemas y son menos inquietantes. Afortunadamente, no todos resistimos el calvario y nos queda el consuelo de ser, aunque parados, todavía conscientes de esta miseria.- Macu Martínez.
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