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56 personas han sido retenidas desde 1970 para captar fondos

Uno de los medios más importantes de financiación de las organizaciones terroristas ha sido, desde el comienzo de su actividad delictiva, el dinero procedente de rescates de personas secuestradas. Desde 1970 han sido secuestradas en España por organizaciones terroristas vascas 56 personas. Los empresarios han resultado las víctimas más frecuentes de este tipo de extorsiones. Abrió la relación Lorenzo Zabala, secuestrado en 1972 durante tres días. En enero del año siguiente, Felipe Huarte, miembro de una influyente familia de la industria y las finanzas, era liberado previo pago de un rescate de 50 millones de pesetas. En enero de 1976, y tras el secuestro del industrial Francisco Luzuriaga, fue secuestrado José Luis Arrasate, hijo de los propietarios de Forjas de Bérriz, que fue liberado al cabo de 38 días, tras el pago de un rescate.El primer industrial secuestrado y asesinado por ETA fue Ángel Berazadi, en abril de 1976; director general de la empresa Sigma y hombre cercano al PNV, recibió un tiro en la cabeza tras estar en poder de ETApm 16 días. En la primavera de 1977, en plena campaña electoral de las primeras elecciones generales, el industrial Javier de Ybarra era secuestrado en su domicilio de Guecho-Neguri; tras una última exigencia de 500 millones de pesetas, el cadáver de Ybarra fue hallado el 22 de junio.

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En años sucesivos ETApm realizó una campaña de secuestros de industriales vascos, a los que solían abandonar tras dispararles en las piernas. Además, se le atribuye a esta organización los secuestros no reivindicados de los industriales Pedro Abreu, Jesús Serra y Luis Suñer. Este último permaneció en poder de ETA desde el 13 de enero al 14 de abril de 198 1, y fue liberado tras patar 341 millones.

En octubre de 1980, José Garavilla, director de la empresa Conservas Garavilla y simpatizante del PNV, fue liberado a los seis días de secuestro, sin que, al parecer, pagara cantidad alguna. A lo largo de 1982 se incrementaron los secuestros de ETA, en la mayoría de los casos por la negativa a entregar el impuesto revolucionario. El 5 de enero fue secuestrado José Lipperheide, industrial vasco de origen alemán, liberado un mes más tarde previo pago de 120 millones de pesetas a ETA Militar. Durante el verano de ese año fueron también secuestrados Luis Allende, Mirenchu Elósegui y Rafael Abaitúa. Uno de los secuestros más largos fue el de Saturnino Orbegozo, industrial capturado por los polis-milis de la VIII Asamblea, que fue liberado por la Guardia Civil el 30 de diciembre de 1982, tras 46 días de cautiverio.

En 1983 se produjeron tres secuestros; los de Miguel Ignacio Echeverría, estudiante, hijo de un conocido industrial de Legazpia, liberado en enero, tras pagar 161 millones de pesetas ETAm tuvo secuestrado a Diego Prado y Colón de Carvajal durante dos meses en Madrid, y lo liberó tras cobrar 180 millones de pesetas. El último secuestro fue en noviembre de 1983, en la persona de José Cruz Larrañaga. Pagó 80 millones de pesetas por su libertad.

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