El líder de CDC obtiene del congreso que apruebe sin fisuras la participación de su partido en el proyecto reformista
El secretario general de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, consiguió ayer que el VII Congreso del partido ratificara sin fisuras (tan sólo dos abstenciones entre 1.248 delegados) el proyecto reformista, que significa, en la práctica, la participación activa de CDC en una operación política de centro que actuará en toda España. Pujol, en la presentación del informe de gestión de la ejecutiva desde el último congreso -celebrado en 1981-, abordó de una forma elíptica el caso Banca Catalana al asegurar que "sólo nuestros intereses patrióticos evitaron una crisis y una ruptura muy grave para nuestro país".
El discurso de Pujol fue, en ocasiones, un alegato contra toda la polítíca del Gobierno socialista. Pasó lo que tenía que pasar. El congreso exaltó casi con frenesí a Jordi Pujol, más líder que nunca de un partido en el que su caudillaje es aceptado y aplaudido por todos. Los delegados otorgaron también a Miquel Roca la confianza que el presidente de la Generalitat quiso concederle en su tarea de proyectar una participación activa de CDC en la política española. Después de la sesión de ayer, el acuerdo de Convergència con la operación reformista pasa a ser oficialmente el principal compromiso del partido para la próxima etapa, pero siempre desde la perspectiva de fortalecer previamente el partido en Cataluña.Pujol mostró a los delegados un panorama casi tétrico de la política española, que hace "más necesaria que nunca" la participación en "un proyecto muy ambicioso", consistente en "la creación de una fuerza política a escala española que, frente a los retrógrados planteamientos ideológicos y sociológicos de Alianza Popular y del dirigismo, estatalismo y voluntad secuestradora del poder del PSOE, defienda la supremacía de la sociedad civil frente a la máquina estatal, la modernidad frente al casticismo, Europa frente al tercerinundismo y las autonomías frente al neocentralismo". En definitiva, `la reconstrucción del centrismo frente a las tesis de Martín Villa y del PSOE".
Política española
Para el secretario general de CDC la participación de su partido en una operación de centro de ámbito español no significa otra cosa que "la asunción de una muy grande responsabilidad y también de un gran riesgo". El presidente del partido, Trias Fargas, aún fue más lejos al afirmar que "Cataluña necesita reorientar España"."Es una decisión", añadió Pujol, "fruto de la propia convicción y del espíritu de apertura. Pero es también un gran riesgo que sólo superaremos con un reforzamiento de nuestro papel en Cataluña y con la rnovilización entusiasta". "Tenernos el convencimiento de que sin una fuerza así en España la evolución política, social y autonómica no será positiva".
Respondiendo a los que temen que CDC pueda diluir su nacionalismo al participar activamente en la reconstrucción del centro, Pujol les contestó asegurando taxativamente que "nada de esto será posible para nuestro partido si somos ejemplarmente fuertes en Cataluna, más de lo que ahora somos. Cataluña es nuestra primera prioridad".
Banca Catalana
Uno de los temas más esperados por los congresistas era la valoración que podía realizar Jordi Pujol sobre la querella presentada por el Fiscal General del Estado contra él mismo y contra 24 ex directivos de Banca Catalana. Las palabras del presidente de la Generalitat, pronunciadas curiosamente tras una loa a la voluntad convergente de crear un clima de colaboración y de diálogo con el Gobierno central, reflejaban, sin duda, que su estado de ánimo actual es muy diferente del que le llevó a acusar al Gobierno socialista de "realizar una acción indigna contra Cataluña". Entre dirigentes de CDC se interpretaba que este nuevo tono se basaba en las buenas perspectivas de cara al desenlace del problema de Banca Catalana. Para el dirigente convergente "las cosas no han sido como teníamos derecho a esperar después de la victorial electoral del pasado 29 de abril y como convenía a los intereses de Cataluña y de todo el Estado". "Sólo nuestra voluntad decidida de no dejamos llevar al terreno de la provocación y de poner los intereses patrióticos e institucionales por encima de todo", añadió, "evitó una crisis y una ruptura quizá buscada y deseada por otros, pero qué habrían sido muy graves para nuestro país".
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