El ministro de Industria, partidario de revisar la ley de Inversiones Extranjeras

Carlos Solchaga, ministro de Industria y Energía, se mostró ayer partidario de revisar la ley de Inversiones Extranjeras para facilitar a las empresas foráneas la introducción de nuevas tecnologías en nuestro país. El ministro señaló su absoluto convencimiento de que el Gobierno está obligado a dar las máximas facilidades para que la tecnología extranjera entre en España, modificando para ello el marco jurídico que permita su asentamiento. Mientras tanto, aseguró, habría que crear condiciones idóneas para la producción propia.

Solchaga situó esta responsabilidad del Gobierno dentro del marco de la reindustrialización de nuestro país, y una vez que el proceso de reconversión puede darse por concluido.El ministro de Industria afirmó que para lograr los objetivos de reindustrialización hay que operar con varios factores que hasta ahora no han sido utilizados en toda su amplitud. Utilizando su propia expresión, Solchaga "reflexionó" sobre las condiciones de nuestro país en este campo, en el acto de clausura del seminario sobre reindustrialización y nuevas tecnologías que tuvo lugar ayer en San Lorenzo del Escorial.

Según dijo el ministro, todo proceso de modernización de la estructura productiva conlleva un alto nivel de inversiones. Por ello, afirmó Solchaga, es necesario aumentar el excedente empresarial, y a la vez liberar los suficientes recursos públicos para llevar a cabo la reindustrialización.

En esta línea aseguró estar convencido de la necesidad de rebajar los tipos de interés, con el fin de abaratar los costes de los recursos ajenos de las empresas. Siguiendo con sus reflexiones, Carlos Solchaga reafirmó su convicción de que el Gobierno no debe "apaciguar los estímulos que provocan la transformación social".

Estimular la transformación

Dentro de estos estímulos situó la entrada de tecnología extranjera en nuestro país. "No sólo por el sentimiento de competitividad que genera en la tecnología española", dijo, "sino, sobre todo, porque nuestro país necesita esa tecnología". A su juicio el Gobierno debe, además, crear los cauces para que se produzcan estos estímulos.

El ministro, aunque admitió no tener miedo a que la balanza tecnológica sea negativa para España, se preguntó si "estamos comprando únicamente lo que necesitamos, o si por el contrario no existe un cierto despilfarro". De todas formas, dijo, el Gobierno no debe suplantar a la sociedad en su papel de realizar la transformación social. El Ministro explicó que a pesar de haberse optado por la suspensión de contratos, seguía estando personalmente convencido de que jurídicamente tendría que haberse adoptado la rescisión de los mismos.

Antes de la intervención del ministro lo hizo el presidente del INI, Luis Carlos Croissier, quien explicó la estructura y funciones de la dirección de promoción industrial, que tiene a su cargo la coordinación y seguimiento general de las acciones del Instituto para captar y gestionar proyectos industriales.

En la misma sesión intervinieron el presidente del Banco de Crédito Industrial, Rafael Suñol, Luis Escauriaza, director general del la Pequeña y Mediana Empresa y Jaime Ballori, director del CDTI. El presidente del BCI explicó que esta entidad destinaría la totalidad de su cash flow (beneficios más amortizaciones) generado en 1984, unos 10.000 millones de pesetas, a cubrir la provisión de riesgo "porque así lo obliga el contingente naval". Los 10.000 millones de cash flow irían a englobar los 35.000 millones de provisiones y los 9.000 millones de créditos en dificultades.