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España, el país de Europa donde más se fuma

La sexta parte de los fallecimientos está relacionada con el consumo de tabaco

Fumar tabaco constituye la causa única más importante de enfermedad y muerte temprana en España hoy en día. Por lo menos 30.000, y probablemente dos veces este número de muertes, de entre las que se producen cada año en España, son atribuibles al cigarrillo, con un promedio de años perdidos de vida útil de alrededor de 10 años por español. Sin embargo, en España ha aumentado espectacularmente el consumo de tabaco en los últimos 20 años, lo que sitúa a los fumadores españoles a la cabeza de los consumidores de tabaco de Europa.

Al tabaquismo se deben, entre otras, cerca del 90% de las muertes por cáncer del pulmón, el 75% de las muertes por bronquitis crónica y el 25% de aquellas por enfermedad coronaria en hombres menores de 65 años de edad. Debido a que la enfermedad coronaria es mucho mas comun que el cáncer de pulmón, el número verdadero de muertes por esta causa atríbuibles al tabaquismo es mayor que el número de muertes por cáncer de pulmón. Más aún, el riesgo de enfermedad coronaria atribuible al tabaquismo es más alto en los grupos de edad más jóvenes; así, un hombre de menos de 45 años que fume 25 cigarrillos o más al día puede tener un riesgo hasta 15 veces mayor de morir de un ataque coronario que si fuese un no fumador.Durante este mes de enero, de las 30.000 muertes esperadas en España, seguramente más de 5.000 lo serán como víctimas del cigarrillo. Esto viene corroborado por el estudio de los importantes cambios cualitativos y cuantitativos en la mortalidad por causas en España en la última década. Así, las muertes por cáncer broncopulmonar ocupan el tercer lugar entre los incrementos más importantes ocurridos entre 1974-1979, con un porcentaje de aumento del 13,76%, detrás de los incrementos de rnuertes debidas a accidentes industriales, que encabeza los cambios con un 26,09%, y accidentes de vehículos a motor, con un 24,99%.

Además de matar, el cigarrillo es el principal sospechoso como agente causal de por lo menos 13 enfermedades diferentes, especialmente algunos tipos de bronquitis, y está relacionado con nueve enfermedades o condiciones más, aunque no causalmente.

Si la historia terminase aquí, uno podría comentar con tranquilidad "que es el problema de los fumadores". Pero, lamentablemente, no es así. Los efectos del humo del tabaco sobre los no fumadores expuestos van desde síntomas agudos, tales como irritación de los ojos, nariz, tracto respiratorio superior, hasta efectos crónicos, tales como problemas funcionales y el mismo cáncer de pulmón. Los efectos sobre el feto, infantes y ninos son particularmente severos.

El tabaquismo incrementa el riesgo de complicaciones durante el embarazo, incluyendo abortos espontáneos, bebés de bajo peso al nacer y malformaciones congénitas. En niños, los efectos van desde un incremento del riesgo de infecciones respiratorias hasta desenlaces muy severos, tales como infecciones crónicas de oído que requieren cirugía como tratamiento, neumonías y el síndrome de muerte infantil súbita.

Obviamente, el tratamiento y el cuidado de los efectos del tabaquismo en la población representan un alto coste para los servicios sanitarios. En países con prevalencias menores del hábito que España se ha determinado que el 15% del coste sanitario total en varones y el 10% en mujeres están asociados al tabaquismo.

30 cancerígenos en el aire

La exposicion de no fumadores al aire cargado de humo de cigarrillos a menudo es descrita en términos neutrales tales como tabaquismo pasivo o de segunda mano. Estos términos parecen implicar que los no fumadores pasivamente respiran -y quizá voluntariamente- el aire contaminado con humo, y que éste es menos lesivo que el humo de primera mano. En la actualidad se prefieren descripciones más exactas, tales como tabaquismo involuntario o tabaquismoforzado, lo que ciertamente puede originar toda una polémica sobre derechos individuales.

La verdad es que el aire contaminado con humo de cigarrillos contiene por lo menos 30 cancerígenos químicos y muchas más sustancias tóxicas. La mayor parte de los 3.600 componentes identificados en el mundo se forman en la zona de pirólisis-destilación de la brasa, precisamente detrás de la zona de combustión productora de calor. Irónicamente, las mayores concentraciones de sustancias químico-tóxicas están presentes en el humo que se produce en las corrientes laterales de la brasa y no en la corriente principal -la inhalada por el fumador-.

La brasa de un cigarrillo, cigarro o pipa en reposo tiene temperaturas menores a los 800º -1.000º centígrados alcanzados en la misma zona durante una etapa de aspiración (pitada o calada) y por ello una combustión incompleta de los componentes orgánicos del tabaco tiene lugar durante el reposo de la brasa, resultando en una producción muy alta de sustancias químico-tóxicas para los expuestos a ese humo.

Es evidente que a medida que el conocimiento científico-médico de los efectos del tabaquismo sobre las poblaciones humanas se incrementaba, éste no tenía su traducción en el conocimiento general de la población, puesto que la prevalencia del hábito a través de los años, lejos de disminuir, ha experimentado inusitados crecimientos.

Mientras que en 1935 cada español fumaba un promedio de 390 cigarrillos, en 1980 se fumaba al año 2.647, un incremento del 700%, que lo ubica al frente de los países europeos. En los últimos 20 años, mientras que la población

España, el país de Europa donde más se fuma

es médico y epidemiólogo. Es coordinador de la encuesta del tabaquismo entre médicos españoles.

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