El despegue científico

Dicen los agoreros que nuestro país no invierte lo suficiente en investigación y que, por esa razón, más el atraso secular, nuestro nivel científico y técnico no es equiparable al de nuestros vecinos del Norte. Durante las últimas décadas, empero, ciertos investigadores, aisladamente o formando grupos, han conseguido incorporarse a las corrientes actuales.La llegada a la Administración estatal y autonómica de una nueva generación de políticos sensibilizados por los temas culturales y científicos -así lo proclamabamos hizo pensar que el despegue definitivo estaba próximo. Así va a ser en nuestro caso y en otros muchos, como pronto veremos.Los abajo firmantes venimos trabajando en optimización matemática desde hace 15 años. ¿Los frutos? Artículos publicados en las más prestigiosas revistas internacionales de la especialidad y diversas conferencias invitadas en importantes congresos, también de ámbito mundial. En los últimos días acabamos de recibir la denegación de una ayuda económica para nuestro programa de investigación por parte de la comisión asesora nacional de investigación. Solicitábamos, para dos años, menos dinero del concedido por cierta diputación provincial para subvencionar la participación de cierto catamarán en una regata, del concedido digitalmente por cierta consejería autonómica para elaborar el enésimo inventario (y por ende redundante) de los recursos científicos de la correspondiente comunidad, menos que la nómina de uno solo de esos profesores liberados graciosamente para conseguir duplicar (en gastos) la Administración pública, y menos, finalmente, de lo que costará la exposición de pintura sobre abanicos a cierta fundación bancaria. Es cierto que la comisión asesora reparte miseria, pero ¿cómo la reparte? Cuando se insiste en que el reto tecnológico del futuro es la creación y el dominio del software informático, se nos rechaza un proyecto que incide en este aspecto, arguyendo que deberíamos ocuparnos más (¿todavía?) de la fundamentación teórica. Se nos dice que los objetivos propuestos en nuestro programa son demasiado ambiciosos para lo reducido del equipo, cuando una buena parte de ellos han sido ya cubiertos por nosotros en los últimos meses, mientras esperábamos la concesión de la ayuda solicitada, estando en el momento actual pendientes de publicación. En definitiva, ¿qué criterios se aplican? ¿Quién elige a los sabios dictaminadores? ¿Por qué no firman éstos su informe? Es muy fácil informar desde la impunidad, pero ¿son al menos personas competentes?

No parece necesario insistir en la falta de transparencia de un tal sistema, que hace sospechar, ¿cómo no?, comportamientos sectarios, clientelismos y amiguismos. ¿Entienden por qué está próximo el despegue? Faltos de ayuda económica, seguiremos sin recibir revistas de la especialidad y no podremos asistir a congresos (ni siquiera contando con la invitación oficial); tampoco recibiremos a especialistas extranjeros ni dispondremos de recursos informáticos adecuados. La investigación de punta estará pronto fuera de nuestro alcance y orientaremos a nuestros estudiantes de doctorado hacia el cultivo de los garbanzos; a lo mejor acertamos así con un área de investigación prioritaria y nos conceden alguna ayuda- Facultad de Ciencias. Universidad de Alicante.