Latinoamérica se enfrenta a otro año crítico a causa de deuda exterior, a pesar de los progresos efectuados en 1984
Latinoamérica efectuó notables progresos durante 1984 en la gestión de su tremenda deuda externa, estimada en 360.000 millones de dólares (más de 61 billones de pesetas), pero ello no evitará que durante 1985 deba hacer frente a nuevas dificultades que ensombrecen el horizonte del subcontinente. Casi dos años y medio después de] estallido de la crisis de pagos de la región, políticos y economistas están de acuerdo en que la crisis está lejos de haber sido resuelta.
Como conquistas positivas durante 1984 figuran la consecución de mejores términos de renegociación y el descenso de los tipos de interés de la banca norteamericana, la gran acreedora de Latinoamérica. El interrogante para 1985, sin embargo, viene marcado por la pérdida de ritmo de la economía estadounidense y los efectos que ello puede tener en las del subcontinente, teniendo en cuenta que cerca del 40% del comercio exterior latinoamericano se orienta hacia Estados Unidos.Durante el pasado año la región renegoció deuda por un total de 70.000 millones de dólares, unos 14 billones de pesetas. México, Venezuela y Ecuador mejoraron los términos de los nuevos acuerdos con respecto a los de 1983. Argentina, considerada por muchos banqueros occidentales como el "niño terrible" durante 1984, llegó a un acuerdo con sus acreedores para renegociar 16.500 millones de dólares a 12 años vista, lo que permitió al Fondo Monetario Internacional (FMI) liberar el pasado viernes un crédito stand by (de disposición inmediata) a Buenos Aires de 1.400 millones de dólares.Los cuatro grandes deudores de la región -Brasil, México, Argentina y Venezuela- tienen fuertes problemas por delante para este año, problemas que no podrán resolver sin apoyo financiero adicional de la banca privada acreedora. Brasil, que debe ya más de 100.000 millones de dólares, asegura haber realizado progresos en su intento de renegociar más de 51.000 millones de dólares. México tiene ahora mismo pendiente el pago de 1.000 millones de dólares, asociados a la renegociación de cerca de 48.000 millones de dólares, y tanto México como Venezuela ven sus compromisos de pago amenazados por la incógnita de sus ingresos petrolíferos.Por su parte, Perú ha acumulado impagados por importe de 200 millones de dólares, lo que tiene bloqueada la renegociación de su deuda. La misma Colombia, hasta ahora el único país a salvo de la crisis, ha visto el nivel de sus reservas descender de forma alarmante, lo que ha inducido a sus acreedores bancarios a formar un comité consultivo informal. El presente mes de enero será crítico para los intentos de Brasil, México, Venezuela y Perú.Por otra parte, los países de la región proseguirán durante 1985 sus esfuerzos por delimitar una estrategia negociadora global, vistos los buenos resultados alcanzados en 1984, traducidos en mejores términos en las renegociaciones llevadas a cabo, ello dentro del esquema del Grupo de Cartagena, formado por 11 países deudores."Latinoamérica ha perdido el miedo a hablar colectivamente del tema de la deuda", ha señalado Enrique Iglesias, secretario general de la Comisión Económica de la ONU para Latinoamérica.
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