El pueblo de Orba inicia la segunda 'guerra del agua' en la Marina Alta alicantina
Numerosos habitantes de la comarca alicantina de la Marina Alta sufren estos días las consecuencias de otra guerra del agua, iniciada esta vez por los vecinos de Orba, que quieren preservar el acuífero subterráneo de su término municipal de una posible sobreexplotación, por lo que han decidido cortar en plenas fiestas navideñas el abastecimiento a cerca de 25.000 familias de las localidades de Benitachell, Moraira, Teulada y Calpe, donde se ubican numerosas urbanizaciones turísticas.
El Ayuntamiento de Orba decidió el pasado día 20 terminar con la extracción de agua (cerca de 8.000 litros por segundo) que realiza la compañía Vergarada para el abastecimiento de las cuatro localidades vecinas. Orba se apoya en una sentencia favorable a los agricultores, del año 1983, donde la compañía explotadora es obligada a reducir las extracciones de agua de los tres pozos en explotación.En la reunión urgente que a iniciativa del gobernador civil, Octavio Cabezas, se celebró el pasado lunes entre los representantes de los pueblos afectados, se decidió prorrogar el suministro a partir del jueves, pero reduciendo el caudal a un tercio. De esta manera, Orba se comprometió a seguir facilitando el agua durante siete horas al día, hasta el día 9 del próximo enero, fecha señalada para solucionar definitivamente el problema.
El suministro de agua a las poblaciones afectadas se reanudó a las 22.30 horas del pasado jueves, después de la reparación de varios desperfectos en la conducción, roturas que se produjeron anónimamente durante los días en que se cortó el suministro.
Otro precedente
La decisión radical de Orba tiene un precedente inmediato en la postura adoptada el pasado mes de agosto por las localidades vecinas de Pego, Oliva y Pedreguer, que impidieron por la fuerza las obras para la conducción de agua a Denia. Durante el pasado verano se registraron incidentes muy graves, ya que los vecinos de los tres pueblos citados, contrarios a la extracción de agua de nueve pozos del Instituto de Reforma y Desarr1lo Agrario, destinados en principio a regar una amplia zona de secano, quemaron el coche de un ingeniero y cortaron la carretera nacional Valencia-Alicante.Aquellos sucesos obligaron a la consejería de Obras Públicas y Urbanismo de la Generalitat valenciana a suspender las obras. En consecuencia, la población turística de Denia tuvo que seguir abasteciéndose de agua mineral, ya que el agua de la red de abastecimiento alcanza un grado de salinidad tan alto (tres gramos de sal por litro) que la hace imbebible.
"No es justo que nosotros que tenemos el agua nos quedemos sin ella", explicó a este diario el alcalde de Orba, Félix Aranda Sendra, del PSOE. "Todos tenemos derecho a beber bien", dijo, "pero es que tememos la salinización del acuífero, como ocurrió en Denia; el volumen de agua de nuestro acuífero se encuentra a 50 metros por debajo del nivel del mar, cuando las reservas deberían alcanzar los 160 metros por encima del nivel del mar". El alcalde de Orba explica que las extracciones deberán adecuarse en un futuro al volumen de agua que entre anualmente en los pozos de dicha población, volumen que se calcula en 4,5 hectómetros cúbicos. Aranda aseguró, por otra parte, que el suministro se había normalizado en la noche del pasado jueves.
La segunda guerra del agua de la Marina Alta tiene el mismo trasfondo que la que se registró entre los pueblos agrícolas de Pego, Oliva y Pedreguer con Denia. Los agricultores temen perder los caudales tradicionales con que contaban. Mientras tanto, las necesidades de agua para beber aumentan en las poblaciones costeras, que han incrementado su población ante la visita masiva de turistas, o bien, como en el caso de Denia, porque sus acuíferos están salinizados por la sobreexplotación de sus aguas.
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