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Entrevista:La sucesión en el Gobierno vasco

"Un partido centenario no merece romperse por culpa de ningún intrigante"

Declaraciones a EL PAIS de Carlos Garaikoetxea

Tres días después de haber cesado como lendakari del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea entiende, en declaraciones a este diario, que nunca un presidente de Gobierno ha tenido tanto calor, apoyo y amigos como los que él está sintiendo a su alrededor en estos momentos. Mientras; prepara su regreso a Pamplona, asegura que en septiembre tomó la decisión de no continuar como lendakari si el PNV no respaldaba con claridad su acción de gobierno. Garaikoetxea manifiesta su deseo de luchar por evitar que se produzca una escisión en su partido.

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Carlos Garaikoetxea, lendakari en funciones del Gobierno vasco desde el pasado martes, entiende que ha sido víctima de una operación política dirigida contra él por el actual aparato del PNV, que ha durado un año y que tuvo su inicio en el momento en el que los afiliados nacionalistas revocaron una decisión de la Ejecutiva presidida por Arzallus sobre el levantamiento de la disciplina de partido al presidente del Ejecutivo vasco. Este navarro de 45 años, que asegura que no ha tirado ni tirará la toalla en el campo político, entiende que su partido, centenario, no merece la pena romperse por ninguna intriga ni por ningún intrigante.Pregunta. Como preámbulo, ¿usted haría una distinción entre el PNV como tal y la actual ejecutiva, es decir, los miembros que ahora componen el Consejo Nacional del partido (EBB)?

Respuesta. Prefiero no hurgar en esa disociación entre bases y aparato que viene denunciándose últimamente. Como usted sabe existe una fuerte contestación, pero este EBB apenas ha iniciado su mandato hace unos meses. Todos los trabajos delicados que le está tocando hacer se los endosó la anterior Ejecutiva

[presidida por Xabier Arzallus]. A modo de ejemplo, la expulsión de todos los navarros. Esta medida se acordó cuando este EBB apenas había comenzado su mandato.

Pensó dejar el cargo en el mes de septiembre

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P. En alguna ocasión usted ha dicho que, políticamente, es una persona con piel de elefante. ¿Qué ha tenido que suceder para que cese como lendakari?

R. Con esa expresión he querido decir que soy una persona que aguanto bastante. Pero es que, en este caso, se me obligaba a incumplir los compromisos que yo adquirí ante mi pueblo, en el Parlamento vasco. Compromisos sobre la forma de organizar Euskadi que, además, fueron la condición que yo puse, hace un año, para aceptar la candidatura a lendakari.

P. ¿En qué momento exacto pensó que tenía que dejar de ser lendakari del Gobierno vasco?

R. Cuando el EBB adoptó en septiembre una resolución que estaba en contradicción con la forma de organizar el funcionamiento de las instituciones del País Vasco, que mi Gobierno había patrocinado y comprometido públicamente. Lo que sucede es que yo he tratado de que se cumplieran esas condiciones durante toda esta larga discusión que acaba de terminar y que ha durado prácticamente tres meses.

P. Sobre lo que usted llama "larga discusión" y que otros han denominado guerra entre el EBB y el Gobierno vasco, ¿qué es lo que más le ha dolido?

R. Bastantes cosas. Quizá la más absurda ha sido la afirmación de que yo, en realidad, quería controlar el partido. Y eso lo dicen de una persona que, antes de ser lendakari, fue presidente del EBB durante el período máximo que permitían sus estatutos, y que jamás me preocupé de controlar el aparato, sino de trabajar por mi pueblo. También me ha dolido que, después de habérseme elegido dos veces presidente del EBB y tres lendakari, la primera en el Consejo General Vasco, en la última conferencia de prensa de la dirección del PNV se criticara la gestión de mi Gobierno. Claro que, ¡oh contradicción!, acto seguido se afirmó que me habían pedido que continuara si aceptaba sus planteamientos. Me duelen las injusticias.

P. Usted ha asegurado que no se siente responsable de la división que existe en el PNV. Como quiera que la división es un hecho, ¿quien es el responsable?

R. Yo, desde luego, no. He manifestado que haré lo imposible para evitar una ruptura en el PNV, porque un partido centenario no merece romperse por culpa de ningún intrigante ni de ninguna intriga. Al final, el que juega limpio acaba demostrando su verdad.

P. En el último año, usted ha visto cómo las bases del PNV rectificaban una decisión del EBB sobre someterle a la disciplina del partido como condición para ser candidato a lendakari; ha sido testigo de la expulsión de toda la organización en Navarra y, finalmente, ha sido cesado como lendakari. ¿No es esto demasiado para un partido, como usted ha dicho, centenario, que hasta hace bien poco no aparentaba fisuras en su estructura interna?

R. Es demasiado, pero considero que estos acontecimientos son secuencias de un mismo drama. Yo sé que mi reelección resultó muy traumática para algunos y, desde luego, la expulsión de mis compañeros navarros, que representaban una cuarta parte de la Asamblea Nacional, me ha restado apoyos evidentes en este órgano del partido.

Dimitió por no faltar a la palabra dada a las bases

P. Visto como ha sucedido, resulta un tanto insólito que un partido sea capaz de destituir al presidente de su propio Gobierno.

R. Digamos, eufemísticamente, que el presidente no ha podido faltar a su palabra, aceptando nuevas condiciones para proseguir su mandato. Y como no ha podido aceptar nuevas condiciones de su partido, ha sido desautorizado. Y punto.

P. Benegas (PSE-PSOE), le acusó hace pocos meses de no negociar con otros partidos políticos presentes en el Parlamento vasco. Román Sudupe, presidente del PNV, le acusó el pasado miércoles de lo mismo.

R. A mí no me extraña que Benegas, que está en la oposición,

"Un partido centenario no merece romperse por culpa de ningún intrigante"

diga tal cosa. Es su papel. Lo curioso es que lo diga Sudupe. Pero, modestia aparte, creo que el Gobierno vasco siempre ha tenido fama de ser más abierto que el aparato de su partido.P. Después de los acontecimientos que el Partido Nacionalista Vasco ha protagonizado en los últimos 12 meses, ¿le parece ncesario que el PNV convoque un congreso para definir su acción de futuro y su oferta a la sociedad vasca?

R. Creo que en este tema coincidimos casi todos. Yo también podría lamentar que en los últimos años no haya habido en mi partido más análisis y aggiornamento ideológico y menos obsesión de controlarlo todo.

P. En esta polémica última, Diputaciones-Gobierno vasco, ha salido a relucir un término, concepción foralista, empleado por sus detractores para defender sus tesis. ¿Qué es para Carlos Garaikoetxea el foralismo?

R. Mire usted: yo respeto el foralismo tanto como el que más. Pero para mí, la foralidad es un título histórico, un poder originario que podemos reivindicar los vascos, que podemos y debemos actualizar, sin trasplantarlo, petrificado provincialmente, a los tiempos modernos. Sustentar el poder foral de las Diputaciones en una ley del Régimen Local, sustentarlo en el régimen común, es la mayor paradoja que persona alguna pueda imaginar. Y las Diputaciones Forales han estado recabando capacidad de actuación en las competencias del Gobierno vasco, invocando la legislación común, no la foral. Nacionalismo y foralismo no son términos contradictorios.

Nuestra reivindicacion nacional tiene un primer fundamento en la voluntad mayoritaria de los vascos de hoy, pero como decía antes, el fuero es un título histórico también muy importante. Lo que pasa es que, a veces, los enemigos de la idea nacional vasca invocan los viejos fueros provinciales para combatir la nueva causa nacional de unidad vasca. No es éste el caso de los diputados nacionalistas. Pero siempre existe un peligro en la exaltación de esa interpretación provincialista de los viejos fueros.

Ha habido personas instrumentalizadas

P. Sudupe le ha acusado de que su Gobierno no ha sido la cabeza pensante del País Vasco. ¿Qué tiene que decir sobre este tema?

R. Entonces, ¿por qué me proponían que siguiera en el cargo aceptando sus condiciones en un asunto concreto, como la Ley de Territorios Históricos (LTH)? ¿Por qué me han hecho repetir Gobierno en esta legislatura? ¿Por qué me votó el pueblo vasco y batimos todos los récords, a pesar del desgaste de la acción de gobierno?

La mejor prueba de nuestra labor de gobierno y dirección de Euskadi nos la dieron los electores. Yo siempre he tenido muy claro lo que teníamos que hacer aquí. Y lo hemos hecho, en la medida en que nos han dejado hacer.

P. El presidente del Consejo Regional de Vizcaya del PNV, Jesús Insausti, ha declarado públicamente que Xabier Arzallus es "el hombre más valioso del partido en estos momentos". ¿Qué razón entiende usted que existe para que la ejecutiva del PNV defienda a un hombre apartado de los cargos políticos, como es Arzallus?

R. Será porque Insausti considera que necesita ser defendido...

P. ¿Piensa en volver a ser lendakari?

R. No diré, como Carlos VII, "¡Volveré!". Pero tampoco "de este agua no beberé". De momento, me voy a dedicar a leer y escribir durante una larga temporada.

P. ¿Y después?

R. Después seguiré a disposición de mi partido y de mi pueblo.

P. ¿Vuelve otra vez a Pamplona?

R. Vuelvo a mi Navarra del alma. Pero Zarauz seguirá siendo mí segundo pueblo, y vendré, claro está, al Parlamento de Vitoria. Yo continúo de diputado.

P. ¿Se siente o se ha sentido solo en algún momento?

R. Jamás. Dudo que ningún presidente de Gobierno haya dejado su puesto rodeado de más calor, apoyo y amigos que los que yo estoy sintiendo a mi alrededor.

P. ¿Se considera víctima de eso que algunas personas han denominado como operación de acoso y derribo?

R. Creo, sinceramente, que lo del acoso y derribo es cierto, aunque también estoy convencido de que muchos de los que han participado en la operación no han sido conscientes de ello. Creo que han habido personas instrumentalizadas que no han medido el alcance exacto de la confrontación.

P. ¿De qué se arrepiente?

R. No me arrepiento de nada. En todo caso., de no haber expresado mi afecto y reconocimiento con mayor asiduidad a los buenos compañeros que he tenido trabajando a mi alrededor.

P. Hubiera sido para usted especialmente duro que su principal colaborador, el vicelendakari Mario Fernández, hubiera aceptado la propuesta que el viernes por la mañana le hizo el EBB para ser candidato a lendakari y sucederle a usted.

R. No sé si ha existido esa proposición. Sudupe la ha negado. Y aunque hubiera existido, no me habría puesto nervioso porque sé que Mario es un hombre de principios. ¿Qué sentido habría tenido proponerle al vicelendakari de un Gobierno, que dos días antes, en Pleno, ha rechazado unas condiciones inaceptables, para que media semana después forme nuevo Gobierno bajo idénticas condiciones? Es un absurdo.

P. La Asamblea Nacional del PNV ha acordado que sea José Antonio Ardanza el candidato al puesto que deja usted ahora. Como ciudadano vasco, ¿qué le pediría a Ardanza?

R. De momento, en vez de pedirle algo, voy a ofrecérselo: toda la ayuda que necesite para poner en marcha y hacer eficaz la labor de su Gobierno en beneficio de nuestro pueblo.

P. ¿Tiene algo que decirle al afiliado de base del PNV?

R. Que siga todo el mundo en su sitio. Que bajo ningún concepto puede romperse la unidad del partido. Y que todos debemos trabajar democráticamente en su seno para mejorarla. Y que lo vamos a conseguir.

P. ¿Cómo ha vivido su familia, sus hijos, este trance?

R. Bien. Mi mujer y mis hijos me han animado mucho, aun cuando me veían muy tranquilo. Siento que, al final, algunas actitudes hayan entristecido, momentáneamente, a mi mujer, que después de verme luchar muchos años, no entendía algunas ingratitudes.

Usted vio el viernes también algo hermoso: nuestra emoción cuando nos cantaban el Agur Jaumak esos colegiales. Aquellas lágrimas no eran de amargura.

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