Etiopia: morder la mano tendida
Estados Unidos tenía todo el derecho a contestar las acusaciones etíopes de que los países que ahora tratan de rescatar Etiopía del hambre fueron en gran medida los causantes de ésta. Al negar las acusaciones, el director de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos, Peter McPherson, las calificó del clásico ejemplo de morder la mano que te alimenta. Resulta increíble que el Gobierno marxista de Etiopía, completamente sabedor del difícil contexto político en que se lleva a cabo la obra humanitaria de Occidente, prefiriera agravar el tono con un ofensivo e innecesario ataque contra los donantes. Al hablar en nombre del principal donante, McPherson hizo bien en contenerse.Para los etíopes, es una maniobra de distracción decir que la ayuda para el desarrollo recibida anteriormente era inadecuada y que, una vez desatada la crisis, los navíos de socorro tardan en llegar. Si. desde hace años se veía llegar el hambre, ¿por qué los revolucionarios de Addis Abeba no reorganizaron su pésima política agrícola, basada en recetas de Moscú? Si sabían, como debían saber, que sus patronos soviéticos no salvarían al pueblo etíope de morir de hambre en masa, ¿por qué sus dirigentes no trazaron un puente político hacia otras fuentes más factibles de salvación nacional? ¿Por qué ésta es la hora en que el Gobierno no ha declarado una tregua alimentaria para que la continuación de la guerra en varias provincias disidentes no impida alimentar a la gente que vive allí? ¿Por qué promueve y lleva a cabo reasentamientos cuyo propósito no es luchar contra la sequía, sino romper las naturales concentraciones étnicas en esas provincias?
(...) El pueblo americano se ha conmovido por lo que está pasando en Etiopía, y la Admistración Reagan, con buen sentido político y humanitario, se ha comprometido en una gran operación de salvamento y fianza. Ello significa que, probablemente, los etíopes no tengan que sufrir las consecuencias de la posición defensiva y la crudeza de los dirigentes que han elegido.
Esto no quiere decir que Estados Unidos no pueda expresar sus opiniones acerca de cómo materializar la ayuda. El Gobierno etíope está atemorizado y resentido, pero su pueblo se está muriendo de hambre. No se tarda ni un minuto en decidir a quién está obligado el pueblo norteamericano en primera instancia.
15-16 de diciembre
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