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CIENCIA

El receptor del corazón artificial sufrió un derrame cerebral

William Schroeder, el segundo hombre que recibió un corazón artificial, sufrió el jueves un derrame cerebral. El día anterior, cuando todavía los médicos admitían que era pasar las Navidades con su familia, había hablado por teléfono con el presidente Ronald Reagan, a quien explicó sus problemas con la Seguridad Social norteamericana. El derrame le sobrevino a las seis de la tarde hora local (una de la tarde hora peninsular), mientras cenaba con su esposa, Margaret. Schroeder se sintió primero algo mareado y luego quedó inconsciente. Pocas horas después despertó semiparalizado y sin poder hablar.

Poco antes de sufrir el ataque, William Schroeder recibió de manos de dos funcionarios de la Seguridad Social el cheque que cubría los atrasos que había reclamado al presidente Reagan. Ambos funcionarios fueron invitados a sentir los latidos de su nuevo corazón.Los médicos que le atienden han calificado el ataque como grave y reconocen que le ha provocado la paralización de la mano derecha y dificultades en el habla. Sin embargo, el paciente despertó ayer con síntomas de reanimación, lo que ha llevado al doctor Lansing, portavoz del hospital, Humana, de Louisville, a afirmar que Schroeder podría abandonar el centro dentro de cuatro semanas si se recupera del derrame.

El equipo del cirujano William DeVries, que realizó la operación, baraja tres hipótesis para explicar este accidente vascular que ha provocado la falta temporal de oxígeno en el cerebro del paciente: la diabetes que padecía desde hace tiempo, un coágulo de sangre en alguna de las válvulas del corazón artificial o un coágulo producido por el endurecimiento de las arterias. Lo que descartan rotundamente es que el corazón artificial Jarvik haya fallado.

Schroeder, sin embargo, fue capaz de comunicarse con los médicos y de mover su brazo y su pierna izquierdos, así como la derecha cuando fue estimulada. "Incluso sonrió cuando le hice una broma", explicó el doctor Lansing, que insistió en que el corazón de plástico y aluminio sigue funcionando a la perfección. "Su ritmo cardiaco se mantuvo invariable a lo largo del incidente, al igual que lo ha hecho desde la operación, por lo que debe descartarse cualquier tipo de fallo de la mecánica del nuevo corazón".

Los primeros análisis realizados tras el derrame parecen demostrar que no se ha producido ningún daño en la corteza cerebral de Schroeder, aunque los médicos admiten que es muy pronto para pronunciarse sobre el tema. Schroeder, que había abandonado hace varios días la Unidad de Cuidados Intensivos (UVI), ingresó de nuevo en la misma para evitar complicaciones y permitir a los médicos seguir más de cerca su evolución.

El doctor Lansing negó rotundamente, que la causa del derrame pudiera provenir de los ejercicios de recuperación física que Schroeder había empezado a practicar. Ayer por la tarde los médicos habían previsto practicarle un arteriograma para intentar averiguar las causas del mismo.

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