La policía detiene en Barcelona a 'el Vaquilla' y a cuatro de sus cinco cómplices en la fuga de la prisión de Lérida
Juan Moreno Cuenca, el Vaquilla, y cuatro de los cinco reclusos que el pasado martes se fugaron de la prisión provincial Lérida-2 fueron detenidos ayer por la mañana en Barcelona cuando el vehículo en el que viajaban fue interceptado por dos patrullas policiales en el cruce de las calles de Villaroel y de París. El Vaquilla resultó herido leve de bala, y fuentes policiales aseguraron a este diario que la detención de los fugados fue tan rápida porque "los evadidos no tenían cobertura y forzosamente tenían que venir a Barcelona". El sexto preso que huyó de la cárcel Lérida-2, Antonio Vázquez Sánchez, el Gita, sigue aún en libertad.
Los detenidos, además de el Vaquilla, son su hermanastro Antonio Ugal Cuenca, Vicente Ferrer Campero, Mario Rodríguez Salmerón y José Luis Segura Martínez.Desde el momento en que la policía tuvo noticia de la evasión de la prisión provincial de Lérida-2, se dispuso una gran red de vigilancia en Barcelona, en la que participaron cientos de policías. El Vaquilla y los otros evadidos sólo podían viajar a Barcelona, donde, según fuentes oficiales, "poseen las amistades y contactos suficientes para intentar salir del país o simplemente esconderse".
La Guardia Civil de Tráfico también participó en esta operación, controlando la entrada a Barcelona. Sobre las 10.30 horas de ayer, una dotación de la Guardia Civil divisó en Molins de Rei (Baix Llobregat), junto a Cuatro Caminos, un vehículo que les infundió sospechas, en el que viajaban cinco individuos. Se trataba de un Simca 1200 TI de color marrón metalizado, matrícula B-5125-DI. Los datos se comunicaron de inmediato a Barcelona. La policía sólo tenía que esperar.
Media hora más tarde, frente al Palacio Real, un coche patrulla zeta descubrió al vehículo sospechoso e inició la persecución, apoyada de inmediato por otro coche policial. En la plaza Francesc Maciá, los sospechosos, al comprobar que ya les seguían, iniciaron una carrera que los agentes trataron de evitar disparando sus armas.
La persecución fue corta. Los ocupantes del coche, ya reconocidos por la policía como los evadidos de la cárcel Lérida-2, entraron por la calle de Urgel y, tras saltarse un semáforo, giraron por la calle de París. Al llegar a la calle Villarroel, el coche de los fugitivos no pudo pasar entre dos vehículos estacionados en el semáforo, y el auto en el que viajaba el Vaquilla chocó contra otro Simca 1200, matrícula B-7129-CM. La fuga había terminado.
'El Vaquilla', herido
Según testigos presenciales, Ia policía encañonó de inmediato a los delincuentes y les obligó a tirarse al suelo, donde permanecieron varios minutos". Sólo uno de los ocupantes del coche intentó huir, pero su corta carrera por la calle de París fue abortada por un agente que le detuvo."El Vaquilla no intentó escapar, ni siquiera quería salir del coche, porque decía que estaba herido", explicaron a este diario algunos de los vecinos de la calle de París. Los propietarios de los establecimientos cercanos al lugar de la detención afirmaron que en ningún momento vieron que "los delincuentes portaran armas". Esta versión se confirmó más tarde, cuando en poder de los detenidos no fueron encontradas armas de fuego, sino tan sólo los pinchos con que lograron intimidar a los funcionarios de Lérida-2, y varios cartuchos de escopeta.
Durante aquellos minutos de confusión, el Vaquilla no cesó de gritar que una bala le había herido y pedía que le llevaran a un hospital, lo que se hizo poco después.
El propietario del Simca en que viajaban los evadidos, Luís Lapaz, fue encontrado en el interior del coche, entre el portón trasero y el asiento posterior, cubierto con una manta y sin herida alguna. Los fugitivos, que le habían abordado en El Pla de Santa María (Alt Camp), le obligaron a entrar en el coche para evitar la alarma.
Juan Moreno Cuenca fue reconocido en el Clínico. El médico confirmó que el delincuente había recibido un balazo en la espalda. El orificio de bala, según el parte médico, se encontraba en la primera vértebra lumbar, hallándose el proyectil "a nivel subcutáneo junto al orificio de entrada". Tras una pequeña intervención, realizada con anestesia local, se extrajo el proyectil y el Vaquilla ingresó en observación. Según el médico que realizó la extracción, el paciente no corría "ningún peligro".
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