Informe sobre el apocalipsis
La bibliografía de Sábato es relativamente larga -una quincena de libros publicados- pero la estrictamente literaria resulta breve: tres novelas publicadas en los cuarenta años que lleva como escritor no parece ser una cosecha demasiado amplia. Sin embargo, es curioso que no se le suele reprochar al escritor esta parsimonia narrativa; por el contrario, su nombre es citado sobre todo como narrador, y son sus tres novelas las que le han colocado en el lugar puntero que ocupa en el seno de la literatura argentina, de la latinoamericana, de la hispánica o sencillamente de la universal.Este rioplatense de origen calabrés, que fue primero físico, anarquista y hasta comunista en los años treinta, para reconvertirse después en un humanista independiente, luchador pertinaz y en solitario contra toda suerte de injusticias y dictaduras, es literariamente hablando un existencialista barroco. La vieja obsesión argentina por su propia identidad, plasmada en escritores como Mallea o Marechal -recuérdense la Historia de una pasión argentina o Adán Buenosayres- aparece también en las novelas de Sábalo, que cruzan la frontera hacia lo colectivo y transpersonal a través de el minucioso y despiadado análisis de casos perfectamente individuales, sometidos sin embargo a la tensión del mal, la desgracia, la violencia y la injusticia.
Así, su primera novela, El túnel, que apareció en 1948, trata de un crimen, de un encuentro entre un hombre y una mujer y de la tragedia de la ceguera. Novela perfectamente preexistencial, de raíces dostoyewskianas, que a pesar de su brevedad contiene ya los gérmenes que luego se ampliarán en su siguiente libro narrativo que constituye ya una verdadera obra maestra, Sobre héroes y tumbas, que tardó más de dos lustros en ver la luz, pues se publicó en 1961. Ambos libros, como se ve, aparecieron antes de que estallara el tan mal llamado boom de la narrativa latinoamericana, y de ahí que la crítica oscile al estudiar la obra de Sábato, bien considerándola como la de un precursor, bien colocándola en el seno de este movimiento, en el que participó de lleno y del que se benefició para su repercusión universal.
Sobre héroes y tumbas desgrana una fábula familiar, la historia de una tragedia que se convierte en el destino de un grupo humano acosado por la maldición y la historia. Reflexión sobre la naturaleza humana, sobre la pasión, el incesto, la violencia y la injusticia, este libro voluminoso, extenso y barroco reflexiona también sobre la propia identidad argentina y sus fantasmas. Para entonces, Ernesto Sábato es la voz que clama en el desierto, un escritor que, desde su residencia en Santos Lugares, en los alrededores de Buenos Aires, levanta su testimonio contra la opresión y en favor de los derechos humanos. La tercera parte de este libro singular, absolutamente simbólica y aterradora, plasma en su extraordinario informe sobre ciegos el trágico destino de la condición humana.
Su tercera novela, Abaddón el exterminador, se publicó en 1974, y resulta curioso observar cómo el mismo lapso de trece años separa cada uno de estos libros entre sí. Es un libro que reincide en los mismos temas de Sobre héroes y tumbas, en alguno de sus mismos personajes también, pero que encierra al mismo tiempo una reflexión sobre el artista -el propio escritor aparece como personaje de este libro y en diversos niveles, como S, coma Sábato y como Bruno, el personaje de su anterior novela que es un doble narrativo del autor- y sobre el misterio de la creación artística también. De hecho, en un largo paseo que constituye un prolongado monólogo, o el entrecruzamiento de diversos monólogos, y armando un monstruoso relato como si se tratase del background de una posible novela, Sábato se enfrenta una vez más con el misterio del mal y sus metamorfosis.
En realidad, Ernesto Sábato ha declarado que ya es bastante con estas tres novelas para configurar y definir una obra que comporta al mismo tiempo numerosos libros de ensayo, desde Uno y el universo a El escritor y sus fantasmas, pasando por Heterodoxia, Tango, discusión y clave, Hombres y engranajes, Marginalia... Se trata siempre de un mismo libro, de una meditación cada vez más angustiada y apremiante, de una reflexión prolongada y tenaz sobre los extraños mecanismos de la violencia, la opresión y el mal. Se trata de un largo, lúcido y hasta en ocasiones caótico informe sobre las metamorfosis del apocalipsis en este siglo donde todas las luces parecen apagarse ya.
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