Tres novelas de un hombre esperanzado
El Premio Cervantes de Literatura consagra este año a un escritor conocido, sobre todo, por sólo tres novelas, escritas a lo largo de 26 años: El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1952) (que incluye el Informe sobre ciegos), y Abaddón el exterminador (1974), El escritor sufre una grave dolencia en los ojos, secuela de un balonazo recibido en el colegio; apenas puede leer y escribir, y de momento ha sustituido la literatura por la pintura, con amables resultados, según sus amigos.La razón de esta sobriedad expresiva reside en que es un creador sumamente autodestructivo y exigente con su propia obra, hasta el extremo de que sus dos últimas novelas se salvaron del fuego.
El día y la noche
Antes que pintor y escritor, Sábato fue físico. Se doctoró en la universidad argentina de La Plata -provincia en la que había nacido en 1911-, y viajó con una beca a París para especializarse en el Instituto Curie, en 1938; también estudió en Massachusetts (Estados Unidos). Años después dirigiría Mundo Argentino y sería funcionario de la Unesco. Después de ejercer la docencia en su universidad, en 1943 abandonó sus investigaciones para dedicarse a la literatura. "Hoy volvemos a una época sagrada", dijo Sábato años después. "Hemos tenido la pretensión de acabar con la magia, el pensamiento lírico, mítico, la parte oscura de la personalidad. Una pretensión casi suicida, de la que vivimos el fin". Para Sábalo, el hombre "es una dialéctica entre el día y la noche". Se quiso "suprimir la noche y eso fue una calamidad". Admirador de Kafka y Dostoievski, Sábalo definió en 1977 sus novelas "como tentativas, cada vez más encarnizadas, de expresar lo que en lo más oscuro de mi ser me obsesiona sin saber bien lo que significa. Es una manera de conocerme a mí mismo, es decir, a la humanidad". Pese a esta "literatura metafísica, sobre el significado de la vida", el autor no ha rehuido el compromiso político. Comunista y anarquista en su juventud, perseguido, al igual que Borges, por el peronismo, Sábato ha evolucionado hacia una posición de tolerancia y respeto a los derechos humanos y odio a todo tipo de dictaduras. Resultado de ello son sus obras Heterodoxia (1953), El caso Sábato, torturas y libertad de Prensa: Carta abierta al general Aramburu (1956), El otro rostro del peronismo: Carta abierta a Mario Amadeo (1956) y el prólogo al informe de 52.000 páginas de documentos, cuyo resumen tiene 400, que una comisión argentina presidida por él elaboró durante nueve meses para probar la desaparición de 9.000 personas durante la última dictadura. A dicho trabajo se le conoce como El informe Sábato, considerado por él como "la reconstrucción de un rompecabezas sangriento".
El autor de "novelas pesimistas", lo es también de "ensayos optimistas", y ello, "porque creo que la historia no es mecánica, que los hombres son libres para transformarla". Ensayos suyos son Uno y el universo, El escritor y sus fantasmas y Hombres y engranajes. Sábato piensa que "la esperanza es siempre más poderosa que la desesperanza".
Babelia
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