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El veneno de las 50.000 víctimas

En la madrugada del lunes pasado no había un solo técnico, como es preceptivo, en la fábrica de Bhopal. Unos obreros sin cualificar realizaban trabajos rutinarios de limpieza sobre un tanque de 45 toneladas sumergido, en sus dos terceras partes, bajo tierra. El tanque de acero contenía en esos momentos 15 toneladas líquidas de metilisocianato, un reactivo tóxico cuya utilización comenzó a extenderse a gran escala como sustituto del DDT en la elaboración de carbamatos, unos pesticidas de efectos menos degradantes que el DDT sobre el medio ambiente.Tanto los carbamatos como el DDT son pesticidas de amplio espectro sobre plagas endémicas en países tropicales (Suramérica, África, India). Según el científico González Baluja, experto en pesticidas, estos componentes son los que han exterminado el paludismo, la filariosis y otras enfermedades parasitarias. Con ellos se logró erradicar estas enfermedades de Europa y Estados Unidos en la década de los cuarenta.

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La muerte, al alcance de la mano

Actualmente existen en el mundo 11 fábricas que elaboran el metilisocianato como sustancia reactiva intermedia para producir 10 tipos de pesticidas. Cuatro están situadas en Estados Unidos: dos pertenecen a la Union Carbide, que las tiene localizadas en Charleston (Virginia Occidental) y Woodbine (Georgia), Dupont La Place (Texas) y la FMC Corporation (Nueva York), cerca de Búfalo. La Bayer posee otras dos, una ubicada en Amberes (Bélgica) y otra en Dormagen (Alemania). Las otras cuatro están situadas en Japón (Mitshubichi), Israel, Corea del Sur y Taiwan.

La planta de Bhopal fue construida en 1975 y comenzó a obtener el metilisocianato en 1977. En 1981 tres obreros que efectuaban un trabajo semejante al de la noche del domingo pasado resultaron afectados por una fuga. Uno de ellos murió al desprenderse de la máscara protectora antes de que el gas se hubiera disipado totalmente.

El mayor accidente industrial de la historia ha sido inevitable. En las condiciones en que se ha producido, ni siquiera la vigencia de un proyecto de ley que se discute en el Estado para ubicar las empresas tóxicas a 21 kilómetros lejos de poblaciones, lo hubiera evitado.

El retén de obreros que detectó la fuga del tanque fue incapaz de taponarlo. Al escuchar las sirenas de alarma sólo tuvo tiempo de colocarse las máscaras, gracias a lo cual salvaron sus vidas.

Mientras tanto, los 900.000 habitantes de Bhopal sólo pudieron percibir el avance de la inmensa nube tóxica y opaca, como si fuera la humareda de un incendio, sobre el centro de la ciudad. Este equívoco condujo a millares de curiosos hacia el mismo foco del veneno, en la creencia de que así verían mejor la causa del incendio e, incluso, podrían prestar su ayuda en la extinción del gigantesco fuego.

Cuanto más se acercaban, más se exponían a los efectos devastadores: 2.000 víctimas mortales, 50.000 afectados en distintos grados y todos los búfalos, animales domésticos y aves de Bhopal envenenados ha sido el balance.

La toxicidad del metilisocianato es 150 veces superior al gas mostaza y 500 veces más venenoso que los gases utilizados por los nazis en las cámaras de exterminio en los campos de concentración.

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