El precedente que costó el puesto a un teniente general
La larga polémica sobre el carácter civil o militar de la Guardia Civil tuvo su punto más álgido en la primavera de 1980, época en la que el Congreso de los Diputados debatía el proyecto de ley orgánica de la Defensa Nacional y la Organización Militar. En el decreto de 1977 sobre estructuración del Ministerio de Defensa se definía a la Guardia Civil como "cuerpo militar del Ejército".En el proyecto de esa ley orgánica enviado por el Gobierno a las Cortes se decía en su artículo 38: "La Guardia Civil es un cuerpo militar que, como tal, forma parte del Ejército de Tierra y depende en su personal, disciplina, armamento y servicio militar del ministro de Defensa". Ya en el Pleno del Congreso, el Grupo Socialista se mostró partidario de que no apareciese en el proyecto la pertenencia de la Guardia Civil al Ejército, mientras el Grupo Comunista defendió la tesis de que ni se mencionase al instituto en ese proyecto, ya que, en el artículo 8, apartado 1, se dice que 1as Fuerzas Armadas, están constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire.. .", sin citar a la Guardia Civil.
El diputado socialista Luis Solana presentó entonces una propuesta intermedia, según la cual la Guardia Civil dependía del Ministerio de Defensa para sus misiones de carácter militar y del Ministerio del Interior para el desempeño de funciones relacionadas con el orden público.
Fue éste el texto aprobado finalmente, hecho que fue calificado de "golpe bajo que no merece la Guardia Civil" por parte del entonces director general del cuerpo, teniente general Pedro Fontenla, quien abandonó el cargo pocos días después, a pesar de que previamente había rectificado sus declaraciones. Precisó que, en su opinión, el texto aprobado mantenía el carácter militar de la Guardia Civil.
Fontenla fue nombrado posteriormente capitán general de la entonces novena región militar (Granada), y sustituido al frente de la Guardia Civil por el general José Aramburu Topete.
Los actuales ministros de Defensa e Interior, Narcís Serra y José Barrionuevo, respectivamente, han insistido en repetidas ocasiones en el mantenimiento del carácter militar de la Guardia Civil, extremo considerado como una contradicción con posturas mantenidas por el PSOE cuando este partido estaba en la oposición.
Cabe señalar que las modificaciones aprobadas el pasado año a la Ley Orgánica de la Defensa no afectaron al artículo relativo a la Guardia Civil, que continúa bajo la doble dependencia de los ministros de Defensa e Interior, sin especificar en ningún momento que se trata de un cuerpo integrado en las Fuerzas Armadas.
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