La caída de precios de la carne de porcino causa graves pérdidas a los ganaderos del sector
La caída de precios en el sector porcino está ocasionando cuantiosas pérdidas a los ganaderos, pérdidas que en algunos casos superan las 1.000 pesetas por cabeza, según fuentes del sector. Desde mediados de octubre, los precios pagados a los ganaderos están estancados en torno a las 172 pesetas el kilo, cuatro pesetas por debajo del precio de intervención inferior actualmente en vigor, de 176 pesetas el kilo. En ese precio, el Fondo de Ordenación de Precios y Productos Agrarios (FORPPA) debe intervenir retirando carne del mercado.
La situación es especialmente grave para las explotaciones familiares para las que la cobertura del precio de garantía, situado en 163 pesetas/kilo, resulta muy insuficiente. La decisión del FORPPA, de primeros de noviembre pasado, de adquirir 10.000 toneladas de carne para aligerar el mercado no ha despejado los interrogantes del sector ni satisfecho a los ganaderos.La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha solicitado una reunión urgente con la Comisión Especializada del FORPPA para proceder en la misma a un cambio de regulación de la campaña de porcino. La COAG considera excesiva la distancia entre el precio de intervención superior (195 pesetas/kilo) y el de intervención inferior (176 pesetas/kilo), ya que ello posibilita maniobras especulativas y sólo beneficia a las grandes cadenas integradoras. Para corregir esta situación, el FORPPA solicita un precio de intervención inferior, situado en torno a las 185 pesetas.
Desde principios de año, el goteo de precios ha sido incesante. Así, desde las 225 pesetas/kilo, en enero, descendieron hasta 165 pesetas, en mayo, volvieron a superar el listón de las 200 pesetas, en junio, para volver a caer y estancarse alrededor de las 172 pesetas actuales.
La Unió de Pagesos de Catalunya considera que estas oscilaciones, de hasta 60 pesetas el kilo, han sido permitidas por el FORPPA "ya que no actuó cuando los precios superaron en 25 pesetas, el precio de intervención superior, lo cual representó grandes beneficios para las cadenas integradoras".
En medios de la propia Administración se ha reconocido el fracaso del FORPPA en la regulación de este mercado, al fallar en dos ocasiones, primavera y septiembre pasado, su intento de retirar mercancía del mercado a través de los mataderos. En ningún caso los mataderos presentaron oferta alguna de colaboración a pesar de la multitud de facilidades ofrecidas por la Adminsitración.
Descenso en las ventas
La crisis actual está resultando especialmente perjudicial para los productores de lechones, que han visto paralizadas las ventas a causa de la escasa rentabilidad que se estaba ofreciendo a los cebadores. Según la COAG, el consumo aparente de carne de cerdo en 1983 fue ligeramente inferior al de 1982, mientras que el censo de reproductoras superaba en un 5,5% a los del mismo mes del año anterior.Esta situación ha repercutido en la producción de carne de cerdo, que es la que ha experimentado mayor aumento en 1984. En el período enero-agosto de 1984 se ha registrado un aumento de la producción del 4,9%, frente a un descenso del 8,1% del bovino, según datos de la Secretaría General Técnica del Ministerio de Agricultura.
Todo ello refleja el difícil panorama para este sector de la ganadería española para 1984 y que a juicio de las organizaciones de ganaderos sólo podría precisar una mayor intervención de la Administración.
Por otra parte, la reciente medida de autorizar al SENPA para importar 4.000 toneladas de carne de vacuno, cuyo precio testigo se encuentra a 475 pesetas, se considera justificada por las organizaciones agrarias, que sin embargo han manifestado su malestar por no haber sido consultadas, ya que ésa "fúe una recomendación del FORPPA".
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