La Almudena sólo hubiera recibido un tercio de lo recaudado en la cena suspendida

Sólo unas 5.000 pesetas de las 15.000 que pagaron los invitados a la cena-baile de gala que se iba a celebrar el próximo viernes, día 5, en el hotel Ritz, tenían como destino la realización de obras en la catedral de la Almudena, a pesar de ser éste el motivo de la organización del acto. El resto de la recaudación de la fiesta, promovida por una empresa de imagen (ver EL PAIS del 29 de noviembre), se iba a destinar principalmente al pago de un menú, que no estaba determinado en el momento de suspenderse el acto.La preparación de cada cubierto iba a costar entre 5.000 y 6.000 pesetas, según Mari Cruz Soriano, ex presentadora de Televisión Española y hoy directora ejecutiva de la empresa de imagen Enconsa. Además, habría que reservar una cantidad elevada para la contratación de una orquesta y la factura de decoradores, expertos en vinos, azafatas y una tuna estudiantil.

La suspensión de la cena se decidió por unanimidad entre los miembros del comité organizador, cuando el miércoles pasado tuvieron conocimiento de que la Casa Real había declinado la invitación para la presidencia del acto, que la empresa de imagen Enconsa había dado por hecha y había hecho constar en las invitaciones. Las 420 tarjetas estaban para entonces vendidas en su práctica totalidad a ministros, líderes políticos, embajadores, académicos y personalidades del mundo del arte y de la cultura, por lo que la suspensión obligó a devolverles el importe que habían abonado.

En las invitaciones se hacía constar también que en el hotel habría una mesa petitoria para que el que lo deseara ofreciera un donativo. En los días anteriores a la suspensión, los miembros de la filmación constituída el pasado 6 de noviembre para la terminación de las obras de la catedral se habían visto sorprendidos al recibir una invitación a la cena de gala. La fundación no tenía ninguna relación con los organizadores de la fiesta.

Según Mari Cruz Soriano, la idea de la cena de gala a beneficio de la Almudena, que había partido de la empresa de la que ella es directora, desembocó en la creación de un comité organizador en el que participaban 13 mujeres, esposas de personalidades políticas o de financieros y directivas de entidades benéficas.