Iglesias acusa a Felipe González de intentar dividir al PCE

El secretario general del PCE, Gerardo Iglesias, acusó ayer al Gobierno socialista de intentar dividir al PCE y de incumplir su promesa electoral de desvincular progresivamente a España de la organización militar de la OTAN. Iglesias, que llegó a la Moncloa precedido de una tensa polémica acerca de si debía haber sido él o el portavoz parlamentario Santiago Carrillo quien se entrevistase con el presidente del Gobierno, no desmintió, aunque tampoco confirmó explícitamente, que su encuentro de poco más de una hora con Felipe González había sido tenso.

Gerardo Iglesias fue, sin duda, el interlocutor más duro de cuantos ha tenido González en su primera ronda de conversaciones para buscar un consenso en torno a la permanencia de España en la OTAN, dado que, como explicó el propio dirigente comunista, el consenso que proponen los socialistas "es en realidad un pacto político previo con la derecha". Iglesias subrayó que su desacuerdo con el decálogo propuesto por el presidente del Gobierno en torno a la política exterior española está condicionado por su primer punto, es decir, que España debe mantenerse en la Alianza Atlántica, posición con la que los comunistas están radicalmente en desacuerdo.A la salida de su entrevista con el presidente del Gobierno, Iglesias trató de minimizar las divergencias internas surgidas a raíz de la decisión de que fuese él, y no Santiago Carrillo, quien acudiese a la Moncloa. El portavoz comunista en el Congreso y ex secretario general del partido, Santiago Carrillo, reiteró ayer las duras acusaciones contra la actual dirección del PCE, e insinuó que ésta había llegado a pedir incluso a Felipe González que dificultase su presencia en radio y televisión. A su vez, medios cercanos a la actual dirección del PCE, como el secretario general de Andalucía, Felipe Alcaraz, o el propio portavoz de la ejecutiva, Andreu Claret, acusaron al PSOE de intentar dividir al PCE tratando de forzar que sea Carrillo el interlocutor del presidente.

Una operación de Guerra

Alcaraz llegó a sugerir, en unas declaraciones radiofónicas, que González y Carrillo se habían puesto de acuerdo en el debate sobre el estado de la nación para debilitar al partido comunista. El dirigente andaluz sostuvo que existe un "coqueteo continuo" entre Felipe González y Santiago Carrillo, cuyo fin es anular la oposición de izquierdas y frenar el llamado Manifiesto por Andalucía, especie de programa de gobierno que el PCA ha lanzado para acompañar la candidatura de Julio Anguita a la presidencia de la Junta de Andalucía, informa desde Sevilla Carlos Funcia. "Se trata de una vieja operación diseñada por Alfonso Guerra y Julio Feo, que es el hombre de los Estados Unidos en el Gobierno español", dijo Alcaraz.El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, negó cualquier intento de "intervenir en la política de ningún partido, y menos aún en un partido de izquierda". Guerra ironizó sobre las declaraciones hechas por el "claretiano" portavoz comunista, para desmentirlas rotundamente.

Consultado al respecto, Iglesias no quiso confirmar ni negar este extremo, limitándose a decir que "lamento la reacción de Santiago por el disgusto que le produce y porque no favorece en estos momentos la cuestión principal, que es la permanencia o no en la OTAN". Según dijo, en la decisión del secretariado, en el sentido de que fuese el secretario general quien acudiese ayer a la Moncloa, "no existe ninguna intención de menospreciar a Carrillo". Esta decisión se tomó, según Iglesias, porque la permanencia o no de nuestro país en la Alianza Atlántica no debe reducirse al ámbito parlamentario, "aunque el presidente del Gobierno parece interesado en limitarlo a este marco; justamente por eso se decidió que viniese yo". Otra razón importante fue que "queremos dejar claro que cualquier intento de inmiscuirse en los asuntos internos del partido no encontrará cauce".

Entre los argumentos del rechazo del PCE a la propuesta de consenso lanzada por González se encuentran, además de la posición contraria a la permanencia en la OTAN, el hecho de que, a tenor de las manifestaciones de Felipe González, "esta permanencia podría incluso dar a entender que España se encuentra, en la práctica, en una situación de soberanía limitada". Iglesias dijo, en una carta enviada a González poco antes de la celebración de la entrevista entre ambos, que el PSOE ha incumplido su compromiso electoral de desvincular progresivamente a España del bloque del Atlántico Norte en el plano militar, ya que es una realidad nuestra participación creciente en organismos militares de la OTAN y "toda la política defensiva del Gobierno se orienta hacia nuestra incorporación al dispositivo militar de la Alianza Atlántica".

Iglesias concluyó la reunión con el presidente del Gobierno con rostro grave y preocupado, lo que, unido a las declaraciones hechas a la salida del palacio de la Moncloa, confirman la tensión que revistió la entrevista, realizada en lo que puede considerarse sin duda uno de los peores momentos en las relaciones entre PSOE y PCE. En otro orden de cosas, el secretario general comunista, informó de que próximamente se reunirán los órganos de dirección del partido, que, presumiblemente, tratarán sobre todo acerca de la nueva crisis interna surgida con Carrillo.

El presidente del Gobierno recibió también ayer al diputado de Esquerra Republicana Francesc Vicens, quien mostró la postura de su partido radicalmente contraria a la permanencia en la OTAN.