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Los ministros de Cultura de la CEE acuerdan apoyar la television y el cine europeos

Andrés Ortega

Los ministros de Cultura de los 10 países miembros de la CEE se acercaron ayer en Bruselas al lecho del enfermo cine europeo y negaron a un acuerdo sobre el principio -nada más por ahora- de la creación de un fondo de ayuda europea a las coproducciones cinematográficas y de televisión, cuyas modalidades habrá que discutir y desarrollar. Esta idea tardará aún meses o años es prosperar. Pero, ante la situación dramática de esta industria, se abre camino la inetabilidad de una acción en común.

Se calcula que para finales esta década muchos hogares europeos dispondrán de 30 canales de televisión, por cable o por satélite, lo que supone que estas cadenas necesitarán unas 125.000 horas anuales suplementarias de cine de ficción nuevo (es decir, excluyendo las reposiciones) y europeo. Y juntos, la RFA, Italia y el Reino Unido no producen más de 5.000 horas en la actualidad, según un informe de la Comisión Europea. De hecho, la situación ha empeorado en los últimos años. Entre 1973 y 1983, el número de películas producidas en Francia ha pasado de 180 a 131. La caída ha sido aun más espectacular en Italia (de 250 a 110) o en el Reino Unido (de 80 a 36).España no sale mal-parada, situándose en 1982-1983 en tercer lugar de Europa, detrás de Francia e Italia, en número de películas producidas (99), número de salas (3.737), número, de espectadores (130 millones), y en la parte de películas nacionales (21%) en su propio mercado, según el citado informe. España llega en quinto lugar, con 40,9 millones de dólares, en cuanto a su participación en la amortización de las películas norteamencanas.

Pero la industria cinematográfica europea, y la de los diez en particular, debe hacer frente al reto televisivo y competir para frenar la penetración estadounidense. En la CEE la asistencia a las salas de cine ha bajado en los últimos 30 años de 3.000 millones de espectadores a 600 millones en 1982. El cine norteamericano, sin embargo, sólo ha perdido la mitad de sus espectadores en salas de proyección, y con ello de hecho amortiza casi la totalidad de sus gastos de producción.

Sin embargo, -para -crear un fondo común para ayudar a esta industria -con aportaciones directas de Estados comunitarios, como sugiere Fraticia, o sacado del propio presupuesto. de la CEE como pretende Italia y la Comisión Europea- hay dificultades, aunque. se haya admitido la idea de principio. El Reino Unido se resiste por motivos presupuestarios. Dinamarca, que ayer calló, considera que la CEE -no tiene competencias en el terreno cultural. La RFA indica que sus regiones autónomas (Lander) son las competentes en esta materia. En cuanto a Bélgica -donde existe un vacío jurídico sobre competencias culturales-, su delegación estaba ayer compuesta por el ministro de Asuntos Exteriores, Leo Tindemans, fianqueado por los responsables de Cultura de las comunidades francófona, flamenca y germanófona. El fondo estaría dedicado a ayudar a coproducciones en Europa. Con créditos equivalentes a 2.500 millones de pesetas, calcula la Comisión Europea, se podría financiar una cuarta parte de la producción de 40 películas europeas. Jack Lang, ministro francés de Cultura, está decidido a impulsar la creación de este fondo.Los ministros de los diez hablaron, también sin resultado, de la posibilidad de introducir una "difusión racional" de las obras cinematográficas, fijando los plazos -como existen en Francia, con éxito para la industria-. que han de pasar, por este orden, entre la proyección en sala, la venta en videocasetes, la difusión en televisión privada o de pago, y en la televisión pública. En EE UU esta difusión no está reglamentada.

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