_
_
_
_

Una muralla de silencio rodea el encuentro sobre el Ulster entre Thatcher y Fitzgerald

Una muralla de silencio, consecuencia directa del atentado terrorista del IRA el pasado octubre en Brighton, rodea las conversaciones que sobre el futuro de Irlanda del Norte mantienen desde anoche los primeros ministros de la República de Irlanda, Garret Fitzgerald, y del Reino Unido, Margaret Thatcher.

Por razones de seguridad, la cumbre angloirlandesa, que debía celebrarse esta vez en Dublín, ha sido trasladada a Chequers, la residencia campestre de los primeros ministros en las afueras de Londres. El nudo central de las conversaciones puede resumirse en una pregunta: ¿está Londres dispuesto a hacer algún gesto político que signifique alguna forma de participación por parte de Dublín en los problemas del Ulster o, por el contrario, Thatcher se limitará a pedir una colaboración policial más activa por parte de Irlanda en la lucha contra el terrorismo del IRA?La contestación no es fácil. Para Thatcher, cualquier concesión política a Dublín en estos momentos sería interpretada por los halcones del Partido Conservador y por los dos partidos unionistas de Irlanda del Norte como una rendición y una aceptación de que sólo con las tácticas violentas del IRA se pueden conseguir resultados. Por su parte, el primer ministro irlandés necesita regresar con algo más que un acuerdo policial en el bolsillo.

Sin embargo, como señalaba recientemente un experto en temas irlandeses, Anthony Kenny, director del Balliol College de Oxford, "en los momentos actuales existe un resquicio de esperanza para conseguir un acuerdo", basado en un cambio de actitudes por parte de los varios sectores que intervienen en el drama irlandés.

Ese cambio de actitud, puesto de manifiesto en las conclusiones del Nuevo Foro de Irlanda y de la comisión de investigación Kilbrandon, puede resumirse en dos puntos: por primera vez, los partidos nacionalistas de Irlanda -los tres del Sur y el socialdemócrata laborista del Norte- están dispuestos a aceptar una autoridad conjunta angloirlandesa en el Ulster, mientras que, a su vez, los unionistas, según se desprende de sus documentos internos, reconocen también por primera vez la "identidad irlandesa" de la minoría católica. Esto significa, con un mínimo de flexibilidad y visión política de futuro por parte de Thatcher, la posibilidad de establecer un consejo ejecutivo angloirlandés responsable ante la asamblea parlamentaria de Irlanda del Norte.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_